viernes, 23 de marzo de 2007

Fin de Fiesta en Los Pinos: Introducción

Todas las entradas de este blog están dedicadas a reseñar y reproducir algunos de los contenidos más importantes de un libro extraordinario titulado Fin de Fiesta en Los Pinos, de la igualmente extraordinaria periodista investigadora y articulista Anabel Hernández. Su libro complementa muchas de las denuncias que ya se habían hecho previamente en contra de la corrupción que estaba carcomiendo a la Presidencia de Vicente Fox. Normalmente, el libro de Anabel Hernández por sí solo habría detonado un escándalo de proporciones mayúsculas. Sin embargo, esto no ocurrió como debería haber ocurrido porque cuando apareció el libro en el 2006 estaban sucediendo muchas otras cosas en México que acaparaban la atención de los titulares de la prensa y de la opinión pública, cosas tales como la impugnación del cuestionado triunfo de Felipe Calderón, la toma de protesta de Andrés Manuel López Obrador como el Presidente Legítimo de México, los conflictos magisteriales de Oaxaca, en fin, tantos sucesos que a fin de cuentas el libro quedó sepultado entre el enorme flujo de información que caracterizó el final del sexenio foxista y el inicio del sexenio calderonista. Sin embargo, asentadas las aguas, el libro poco a poco empezaría a emerger para ir cobrando su justa dimensión, y sólo ahora cuando están por cumplirse los primeros cien días de gobierno de Felipe Calderón se está aquilatando la enorme gravedad de los hechos denunciados por Anabel Hernández.

El libro analizado en este blog no es el primer libro de Anabel Hernández. Anteriormente ya había aparecido otro libro de ella titulado La Familia Presidencial (Editorial Grijalbo, ISBN 968595884X), el cual es descrito como "una denuncia sólidamente documentada sobre cómo a lo largo de la administración foxista, varios integrantes de la familia presidencial se enriquecieron en forma inexplicable. Fruto de un exhaustivo trabajo de periodismo de investigación, el libro revela en forma contundente cómo el poder presidencial ha beneficiado económicamente al matrimonio Fox-Sahagún, sus hermanos, hijos, sobrinos y amigos muy cercanos. En México este hecho no debiera ser novedoso, pues los presidentes priístas siempre hicieron lo mismo (probablemente de manera aún más escandalosa), pero resulta que Vicente Fox llegó al poder con un discurso de transparencia, honestidad y de combate continuo a la corrupción gubernamental. Ese era, y sigue siendo, el discurso del gobierno del cambio. Desgraciadamente, la realidad expuesta por la autoras demuestra que el discurso foxista es falso."

La periodista mexicana Anabel Hernández cuenta en su haber con credenciales sólidas que avalan su trabajo y que permite suponer que no se le podrá atacar desde los círculos oficialistas de la derecha y la extrema derecha como una simple anecdotaria buscando el escándalo y la notoriedad apoyada en meros chismes y rumores. Ella es la misma que en el 2001 destapó en México el escándalo por el derroche de fondos públicos conocido como el toallagate (las toallas presidenciales de 400 dólares) que produjo la caída de un funcionario amigo de Fox (esto último se dice aquí literalmente hablando, ya que Carlos Rojas Magñón fue uno de los cómplices de la delincuencial agrupación Amigos de Fox que metió ilegalmente dinero del extranjero para apuntalar la candidatura presidencial del candidato panista pro-ultraderechista Vicente Fox) aunque de cualquier modo Vicente Fox jamás permitió que este individuo pisara la cárcel. A ella es a la que le corresponde el mérito de haber dado la noticia en la que se reveló que el senador Diego Fernández de Cevallos había ordenado construir una autopista para su novia en Arandas, Jalisco. Por si esto fuese poco, además de que obtuvo el Premio Nacional de Periodismo en el 2004 por su destacada labor, la UNICEF le entregó un reconocimiento por sus reportajes sobre esclavitud y explotación de niñas mexicanas en San Diego (EEUU).

Al empezar diciembre del 2006, su libro "Fin de Fiesta" estaba en el primer lugar encabezando la lista de los diez libros más vendidos en México. El libro es el resultado final obtenido del testimonio de más de 120 personas, más de 300 horas de de grabaciones con testigos directos del enriquecimiento de la familia Fox Sahagún, Fin de fiesta en los pinos expone parte del contenido de las valijas con las que la familia Fox Sahagún abandona los pinos y se erige en la más contundente demostración de que el presidente de la alternancia no sólo fue incapaz de combatir la corrupción, como prometió en campaña, sino que se entregó a ella como cualquier otro presidente priísta.

A continuación podemos apreciar a la periodista Anabel Hernández en una fotografía tomada durante la firma de sus libros que se llevó a cabo en el XX Aniversario de la Feria Internacional del Libro (FIL) celebrada en Guadalajara del 25 de noviembre al 3 de diciembre del 2006, en donde su libro Fin de Fiesta en Los Pinos fue presentado en el marco de dicha feria el viernes 1º de diciembre en el salón 3, acompañada por el periodista Jorge Zepeda Patterson y por el caricaturista Eduardo del Río Rius:





Se deja, pues, a los lectores de Spectator, la lectura de varios extractos tomados del libro Fin de Fiesta en Los Pinos, el cual documenta la escandalosa pobredumbre moral del torpe demagogo que traicionó a los millones de mexicanos que al votar por él en el año 2000 votaron en realidad por una alternancia que en los hechos nunca llegó, el cual terminó aprovechando su alta investidura para beneficiar personalmente a manos llenas tanto a su propia persona como a su consorte presidencial -una mujer de dudosas intenciones dispuesta a todo, con ambiciones propias de la high society que anteponiendo sus propios intereses personales a los de toda una Nación terminó rebajándose convirtiéndose en lo que debe ser una de las concubinas más costososas en la historia de México- así como a los hijos de la concubina que terminaron cobrándole muy caro a México y a Vicente Fox la entrega corporal de su madre en la cama para satisfacer los apetitos sensuales de un hombre que nunca supo en realidad lo que era ser un verdadero Presidente de México; ello además de que terminó ayudando y colaborando con los núcleos más endurecidos de la extrema derecha mexicana neo-Nazi para facilitarles su perniciosa labor en la instalación de un gobierno secreto operando desde las sombras a espaldas del pueblo de México. Como siempre, Spectator intercalará sus propias observaciones y comentarios a los textos de Anabel Hernández con el fin de ayudar a sus lectores a tener una mayor información y comprensión sobre los terribles temas que se tratan en el libro.

'Repartió Fox Dinero a Raudales'

Tomado de una nota aparecida en el periódico norteño EL DIARIO el 5 de marzo del 2007:

Anabel Hernández
Random House Mondadori/ Grijalbo
Especial para El Diario

José Cosme Mares Hernández y Josefina Hernández Hass son una pareja de ingenieros que durante todo el sexenio y todavía durante los próximos años, dará mucho de qué hablar. Cortesanos del sexenio foxista, han dado y recibido a manos llenas, y si alguien es testigo de cómo se manejaron las cosas en Los Pinos desde el principio, son ellos.

No hay en el círculo de Vicente Fox ni en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes quien no conozca a este dúo de pequeños, pero ambiciosos constructores.

Cosme es originario de Valle de Santiago, Guanajuato, y quienes han sido sus colaboradores lo describen como un hombre bueno, discreto, recio, muy serio, y en cuestiones de trabajo muy estricto. Alto, robusto, de tez clara y ojos azules.

El matrimonio de Cosme y Josefina es la clásica fórmula del agua y el aceite. Si la pareja fuera un dúo de la lucha libre, podría decirse que Cosme es el técnico y Josefina la ruda. Y es ella quien lleva la voz cantante. Se estrenaron en el mundo de la construcción con dos camiones cuando se erigía el Palacio Legislativo de San Lázaro, pero donde hicieron dinero fue en la construcción de la Central de Abasto de la ciudad de México, en la que trabajaron como subcontratistas. Entonces comenzaron a hacerse de maquinaria.

Con el tiempo han diversificado sus negocios: tienen un rancho en Ciudad Obregón, Sonora, y granjas de camarón en Sinaloa.

En 2005 Josefina sufrió un shock causado por estrés --según diagnosticaron los médicos--, y cayó en coma durante tres meses, debatiéndose entre la vida y la muerte. Pasó más de cinco meses de recuperación interna en el hospital Médica Sur, de la ciudad de México.

Desde 2001 parecía molesta. Delante de sus colaboradores cercanos estalló y dijo estar harta de las exigencias de Martha Sahagún y Vicente Fox, que presuntamente estaban llevando a la ruina a ella y a su esposo.

“Estoy hablando con Martha: ya sacó las uñas; dice que Vicente necesita que lo ayuden, que ella tiene que pensar en él para tener dinero”, se quejó Josefina en una comida celebrada en Campeche en 2003.

La esposa de Cosme Mares Hernández acusaba a la primera dama, ante quienes quisieran oírla, de haberlos presionado para asociarse con el consorcio español Grupo OHL en la concesión de la autopista Amozoc-Perote, que el matrimonio Mares Hernández ganó en licitación pública en 2003.

Según algunas versiones, el presidente y su esposa se llevarían 500 millones de pesos de tajada del negocio.

Para esta investigación obtuve de manera directa el testimonio de trabajadores de las empresas de Cosme Mares --que colaboraron con la pareja durante más de 10 años--, quienes fueron testigos del presunto tráfico de influencias desde Los Pinos. Ellos narran en detalle los favores hechos por los Mares Hernández a Fox y su familia, y cómo a cambio de los contratos que el gobierno federal entregaba a los empresarios, la pareja presidencial esperaba dividendos económicos. El presunto tráfico de influencias habría llegado a involucrar incluso a la trasnacional española que en el último año ha ganado los principales proyectos de construcción del gobierno federal.

La congruencia de los dichos de estos testigos se corroboró en parte con información oficial y con testimonios de auditores que han trabajado con la Secretaría de la Función Pública tratando de develar el gran secreto que hay detrás de los más de 28 contratos simultáneos, por tres mil millones de pesos, entregados al matrimonio Mares Hernández, pese a que no cumplieron bien prácticamente ninguno de ellos, entre éstos la concesión de Amozoc-Perote.

Cuando Cosme Mares conoció a Vicente Fox, en 1995, era un modesto empresario de la construcción, propietario de la firma Fabricación y Colocación de Pavimento, S.A. (FACOPSA), creada el 14 de junio de 1989. Entonces su fuerte eran las 12 plantas de asfalto que tenía y que en el sexenio de Ernesto Zedillo le permitieron conseguir pequeños contratos de mantenimiento de carreteras.

Los caminos de Mares y Fox se cruzaron en Irapuato, en una gira del entonces candidato al gobierno de Guanajuato. Cosme se acercó a Lino Korrodi, encargado de las finanzas de la campaña, para cooperar económicamente. El apoyo entonces no fue muy importante, pero Cosme y Josefina hicieron buena amistad con Fox gracias a que contaban con toda la confianza y la amistad de un hombre muy cercano a él, su brazo derecho, el que lo metió al PAN, el verdadero gobernador de Guanajuato mientras que Vicente Fox se pasó sus cinco años de gobierno suspirando por la candidatura presidencial: Ramón Martín Huerta, fallecido el 21 de septiembre de 2005 en un supuesto accidente aéreo. (Comentario: Ramón Martín Huerta, al momento de su muerte, era un destacado integrante de la ultraderechista Organización Nacional del Yunque dentro de la cual había sido juramentado, lo cual era un hecho del conocimiento público comentado frecuentemente en los más importantes medios de comunicación. Persisten varias dudas en torno a varias circunstancias extrañas que rodearon su inesperada muerte, y desde el primer instante en que se confirmó que el helicóptero en que viajaba no había llegado a su destino se montó uno de los mejores operativos en la historia de México para demostrar "técnicamente" que detrás del extraño accidente no hubo absolutamente nada que comprobase que el accidente hubiera sido planificado previamente; esto es, que el helicóptero hubiese sido desviado intencionalmente por una alguna interferencia con los equipos electrónicos de navegación bajo condiciones de neblina.) Pocos lo saben, pero Cosme Mares y Ramón Martín Huerta eran compadres.

Siendo Fox gobernador de Guanajuato, su gobierno le otorgó a Cosme un contrato por 800 millones de pesos, uno de los más importantes de su mandato, para construir el Centro de Readaptación Social de León, proyecto que Mares no pudo concluir.

En FACOPSA trabajaban Cosme, Josefina y su inseparable hermano Rubén, quien es más fiel y cercano a Mares que a su propia hermana porque, según se comenta dentro de las empresas, vive del trabajo que le da su cuñado.

En la precampaña y la campaña presidenciales, Cosme y Josefina decidieron apostarlo todo a su amigo Fox, y periódicamente le entregaban dinero por conducto del licenciado Catarino Díaz Pineda, una especie de secretario particular de Rubén, Cosme y Josefina, según narran testigos.

“Él era el que llevaba dinero a Lino Korrodi en el apogeo de las campañas, y después de que pasó el 2 de julio (de 2000) siguieron mandando dinero para pagar pendientes que aún les faltaba subsanar”, afirma uno de los testigos.

Fox ganó los comicios, y Cosme y su señora estaban bien subidos al barco. No estaban dispuestos a que nadie los bajara, ni siquiera Martha Sahagún Jiménez, la pareja sentimental del presidente electo, con quien Josefina no tenía buena relación; más bien chocaban por su respectivo afán protagónico.

Cuando comenzó el sexenio, Vicente Fox estaba en la ruina (según quedó claramente demostrado en La familia presidencial. El gobierno del cambio bajo sospecha de corrupción). Entonces lograba ahorrar apenas diez mil pesos al año. Todo lo demás se lo gastaba en alimentación, vestido y atención médica para sus cuatro hijos --Ana Cristina, Paulina, Vicente y Rodrigo--, y lo que le faltaba se lo proporcionaba Lino Korrodi. Con el dinero de la campaña, y con el que siguió llegando después de que ganó la elección presidencial, pagaba desde el supermercado hasta las colegiaturas de sus hijos.

Cuando comenzó el sexenio, su rancho de San Cristóbal, en San Francisco del Rincón, Guanajuato, era una ruina. Un camino de terracería mal trazado era el acceso, y en la casa, muy deteriorada, no servía el drenaje. Cosme y Josefina no se despegaban de su amigo e iban a verlo con frecuencia. Un día Cosme le ofreció a Fox arreglarle el rancho.

--¡Tú velo! --fue la respuesta del Presidente electo, sin mucho ánimo, pero tampoco fue capaz de decir que no. Mares ya había hablado de ello con Martha Sahagún y ella estaba encantadísima.

La remodelación y el reamueblado de la casa corrieron a cargo del bolsillo de Mares. El responsable de la obra fue el arquitecto Jorge Hernández Paniagua, hombre de confianza de Cosme a quien encarga la construcción y remodelación de sus casas y las de sus amigos políticos y servidores públicos.

“La señora (Josefina) estaba acostumbrada a hacer y deshacer. Cuando se inició la remodelación del rancho de San Cristóbal, ella quería mandar, que las cosas se hicieran a su modo. Bueno, yo creo que estaba en su derecho: después de todo, ella lo pagaba”, refirió un testigo. “La remodelación del rancho le costó unos 30 millones de pesos a Cosme, contando los muebles que compró”.

En febrero de 2001 ya casi todo estaba listo; sólo faltaba la construcción de la alberca, pero no había tiempo, ya que era inminente la visita de George Bush.

Al principio, dicen, Fox se molestó porque un día le sacaron todos sus viejos muebles, llenos de recuerdos de los 20 años que había compartido con Lillián de la Concha, su exesposa, y en su lugar le pusieron un menaje de Roche Bobois, la elegantísima y carísima línea de muebles francesa. Pidió que volvieran a dejar sus cacharros como estaban. Después los elegantes muebles parisinos regresaron a las recámaras y a la sala de estar, y se quedaron allí.

“Díaz le va a llevar un portafolio con un millón de pesos, pero a mí no me pasan esas marranadas de Martha. Ahí están sus pinches recomendaciones. Si no vemos nada, se le va a acabar su pinche minita de oro porque ya agarraron de pendejo a Cosme”, comentó Josefina furiosa en uno de sus desahogos en los primeros meses de 2001.

Del capítulo III “Cosme Mares, el incondicional”

Negocios Internacionales desde Los Pinos

Tomado de una nota aparecida en el periódico norteño EL DIARIO el 6 de marzo del 2007:

Las versiones sobre presuntos nexos entre la primera dama y una empresa española –señala la autora– también proceden de integrantes de la familia Fox, y añade: “de revelaciones hechas por Josefina Hernández se desprende que Martha Sahagún la presionó para que se asociara con la empresa trasnacional española Grupo OHL”

Anabel Hernández
Random House Mondadori / Grijalbo
Especial para El Diario

Durante el sexenio, Catarino Díaz Pineda fue el encargado de entregar autos, llevar dinero en efectivo, pagar tarjetas de crédito y celulares, no sólo de los hijos del presidente Fox, sino de funcionarios públicos que sucumbían al cortejo de los Mares Hernández, según los testimonios recabados.

Además de esos favores, Cosme metió a trabajar a las oficinas de otra compañía suya, Dirección Profesional para Empresas, en Insurgentes Sur 3343, séptimo piso, a Vicente Fox de la Concha, Vicentillo, a quien le enseñaban computación y algún oficio, porque el muchacho quería encumbrarse en la ciudad, pero su tercer grado de preparatoria no le bastaba para competir con los habilidosos hijos de la que sería su madre política: Martha Sahagún.

A Cosme y Josefina les pagaron sus favores con creces. Los contratos les llovieron, aunque su tiempo está por terminar, y en condiciones no muy halagüeñas.

Eran frecuentes las llamadas telefónicas de Mares a Los Pinos para pedir cita con su amigo el Presidente. En tono amigable, de subordinado, el empresario del asfalto solía decir, según el testimonio de quienes lo oyeron: “Patrón, quiero platicar con usted”, y Fox lo recibía en Los Pinos cada ocho días. También se encontraban en el rancho de San Cristóbal o en la residencia de Mares, en San Jerónimo Lídice, ciudad de México.

Cosme dio muchas comidas y cenas en su residencia con alberca techada y gimnasio. Lo mismo invitaba a Fox y a Martha Sahagún que al secretario de Comunicaciones y Transportes, Pedro Cerisola --su gran amigo--, o al director general de Caminos y Puentes Federales, Cedric Escalante Sauri, a quien Cosme llama en público “compadre”. También organizaba cenas para senadores y diputados. Se afirma que un visitante muy frecuente fue el panista exdiputado, exdirector de BANOBRAS y exsecretario de Energía en el sexenio foxista, Felipe Calderón, candidato electo a la Presidencia de la República.

FACOPSA opera con dos empresas filiales de las que Cosme es socio y en realidad es quien manda: una es Rostec de México, de Javier Antonio Piñera Blanco, con sede en Jardines de Durango, Durango, que en el sexenio ha obtenido 212 millones de pesos en contratos por licitación, invitación o adjudicación directa. Su hermano, Ricardo Piñera Blanco, trabaja como residente general de carreteras alimentadoras de la SCT en Durango.

La otra empresa es Fastec, S.A. de C.V., creada en mayo de 2000, cuyos socios son Piñera y Mares. Con esta empresa Cosme ganó muchos contratos, pero ahora la están cerrando. Fastec, con registro federal de contribuyentes FASOO0524 707, se encuentra en la lista de empresas desarrolladoras de vivienda de Nacional Financiera y el INFONAVIT.

En todos los centros de la SCT se sabía de la relación de Cosme con Fox y Cerisola. Josefina Hernández se pasaba la vida recordándoselo. Siempre que había un problema, cuando no querían darle un contrato o pagarle adelantos por trabajos aún no concluidos, decía: “¿O quieres que hable, cabrón?”, y amenazaba con correrlos.

“Todos los concursos eran legales, pero Cosme siempre tenía información privilegiada para quedar entre los tres primeros lugares y luego presionar para que le dieran los contratos”, señalan los testigos consultados.

Las fuentes ligadas a las empresas de Cosme afirman que las presuntas irregularidades cometidas por el empresario están en las estimaciones cobradas por él antes de concluir las obras, algunas de las cuales nunca se realizaban. Muchas veces los encargados de los centros de la SCT se negaban a pagar, pero después las cosas se resolvían milagrosamente a base de presiones, o de presentarse en la oficina de Pedro Cerisola.

Cuando algo no salía como Josefina de Mares quería, se ponía a insultar y amenazar al personal de las delegaciones de la SCT, abusando de su contacto con Fox. “¡Te corro!”, “¡Te vas!”, eran sus frases favoritas.

Según la información proporcionada, por presiones de Cosme llegaron a cambiar a directores regionales de la SCT, como el de Baja California Sur, Ariel Peniche Díaz, porque no quería pagar trabajos que no estaban concluidos, o el de Campeche, Ernesto Jáuregui Asomoza, porque empezó a bloquear a Mares en los contratos, a repartir obra pública entre los empresarios locales, e infructuosamente intentó ser rígido con los amigos del Presidente. En Yucatán nombraron en enero de 2002 a José Renán Canto --amigo de Cosme--, quien dice haber sido muy flexible durante el año y medio de retrasos en la carretera Mérida-Kantunil y que le pagaron de más a Mares, hasta que por presiones de los medios locales tuvieron que cancelarle la obra.

La SCT informó oficialmente, a través de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública, los motivos de los cambios: Peniche Díaz “renunció” el 15 de abril de 2003, Jáuregui se fue por “cambio de adscripción” el 31 de marzo de 2004, y el antecesor de Renán Canto “renunció” el 15 de enero de 2001.

Del 1 de diciembre de 2000 a marzo de 2005, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes entregó a FACOPSA 28 contratos para reacondicionar y construir carreteras por más de tres mil millones de pesos.

Muchos de estos contratos se asignaron de manera simultánea. Por ejemplo, en marzo de 2001 --recién iniciado el sexenio--, FACOPSA consiguió tres contratos por 26.1 millones de pesos en la región de Tepic y Mazatlán. Al mes siguiente le entregaron tres contratos más, por 65.8 millones de pesos, en Culiacán, Hermosillo y Tuxpan.

Tan sólo en el mes de diciembre de 2001 FACOPSA obtuvo dos contratos por 153.6 millones de pesos, por citar otro ejemplo.

A principios de 2003 instalaron en Salamanca una planta de asfalto que Manuel iba a manejar, pero no funcionó. Lo que sí comenzaron juntos a inicios de 2004 fue un desarrollo inmobiliario localizado a la orilla de la autopista León-Aguascalientes, en la llamada hacienda de Loera, en el rancho de Capellanía. Iba a ser un conjunto exclusivo, con un enorme lago artificial al centro y unas diez casas alrededor.

Quien visitaba con frecuencia la obra era el entonces subsecretario de Gobernación, compadre de Cosme Mares, Ramón Martín Huerta (Comentario: este es el mismo funcionario foxista juramentado dentro de la neofascista Organización Nacional del Yunque quien perdiera la vida en un accidente cuyas circunstancias aún despiertan sospechas.) Hoy se entiende por qué: porque el terreno es propiedad de Mares, que estaba asociado con Bribiesca en el negocio.

Los empresarios también están juntos en algunos proyectos de vivienda emprendidos por el propio Cosme, como por ejemplo en el estado de Hidalgo. En el boletín de vivienda popular que publicita el gobierno federal para trabajadores, correspondiente a julio de 2006, se ofrecen casas de Fastec, S.A. de C.V., en un conjunto llamado Valle de las Tinajas, en el Municipio de Tepeji del Río Ocampo. El teléfono es el mismo que el de las oficinas de Dirección Profesional para Empresas, la otra compañía de Mares.

“De FACOPSA no le voy a decir que es una empresa facilita; es una empresa difícil a la que tuvimos que presionar mucho para que avanzara con la velocidad que se requería”, señaló en entrevista Eugenio Laris, director de Proyectos de Inversión Financiada de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

…De revelaciones hechas por Josefina Hernández Hass a su gente de confianza se desprende que Martha Sahagún la presionó para que se asociara con la empresa trasnacional española Grupo OHL. De eso se quejó amargamente en una comida en Campeche, en 2003.

Las versiones sobre los presuntos nexos entre la primera dama y la empresa española también proceden de integrantes de la familia Fox.

Fuentes de información directamente involucradas con una auditoría practicada de junio a agosto de 2006 por la Secretaría de la Función Pública señalan, además, que el punto que más llama la atención de toda la historia de las empresas de Mares en el sexenio es que haya dejado literalmente botados los trabajos, que se haya asociado con la empresa española, y que la SCT no le haya rescindido la cuantiosa concesión.

El consorcio español OHL es resultado de la fusión, en 1999, de tres de las empresas más importantes de la industria de la construcción en España: Obrascón, Huarte y Lain. Según su portal de internet, el Grupo OHL está presente en México desde 1980 --seguramente se refiere a alguna de las tres empresas que lo componen--, pero su boom en nuestro país sin lugar a dudas es de tres años a la fecha, cuando comenzó a ganar los proyectos más importantes del gobierno federal, y no hace mucho incursionó en la explotación hotelera en la Riviera Maya. Según su informe de finanzas de 2005, la empresa española facturó ventas por 2442.7 millones de euros en el ámbito mundial.

La Línea Aérea de la Familia Presidencial

Tomado de una nota aparecida en el periódico norteño EL DIARIO el 7 de marzo del 2007:

Este juguete sexenal, que actualmente controla 17 rutas en el país y cuenta con cuatro aviones de más de 30 millones de dólares cada uno, es parte de la historia de ambición y enriquecimiento exorbitantes

Anabel Hernández
Random House Mondadori / Grijalbo
Especial para El Diario

"Un misterioso e influyente pasajero desvió un vuelo comercial de Aerolitoral que debía ir de San Luis Potosí a Monterrey sin escalas, haciéndolo pasar antes por el Aeropuerto Internacional del Bajío, en León, para dejarlo sólo a él. De acuerdo con algunos pasajeros del vuelo, el 2356, se trataba de Jorge Alberto Bribiesca Sahagún, hijo de Martha Sahagún, la esposa del presidente Vicente Fox, aunque la aerolínea no lo confirmó."

“El avión Metro-3, matrícula XA-SCS, con capacidad para 19 pasajeros, tenía que salir a las dos y media de la tarde de San Luis Potosí, pero se demoró 35 minutos. Llevaba siete pasajeros registrados que iban a Monterrey y dos más que se bajaron en Guanajuato y que, por cierto, no estaban registrados. La nave aterrizó en León a las 15:35 horas según el Control de Operaciones del aeropuerto."

“En el Aeropuerto Internacional del Bajío bajaron los dos pasajeros, uno delgado, de pelo claro, tez blanca y rostro afilado; el otro bajo de estatura, moreno y de pelo con corte militar. A los demás los obligaron a bajar también mientras el avión recargaba combustible. Pasajeros del vuelo informaron que el joven no llevaba maletas, vestía playera y pantalón de mezclilla e iba acompañado de un escolta”.

Ésta es la introducción de una nota periodística firmada en agosto de 2001 por Claudio Jorge Blanco, reportero del A.M. de León, y que en su momento la casa presidencial no desmintió. Tres años después la empresa de Jorge Alberto Bribiesca Sahagún, Avolar Líneas Aéreas, S.A. de C.V., recibió de puño y letra del secretario de Comunicaciones y Transportes, Pedro Cerisola Weber, el título de concesión para poder operar durante cinco años, con opción a una prórroga de 30 años más.

Con esta concesión opera la línea aérea conocida comercialmente como Avolar, que ha previsto una inversión de entre 20 y 90 millones de dólares para el próximo lustro:




El hecho no tiene precedentes. Este juguete sexenal, que actualmente controla 17 rutas en el país y cuenta con cuatro aviones de más de 30 millones de dólares cada uno, es parte de la historia de ambición y enriquecimiento exorbitantes de la familia presidencial.

La avidez del hijo y del hermano predilectos de Martha Sahagún de Fox, Jorge Alberto Bribiesca Sahagún y Guillermo Sahagún Jiménez, no tiene límite. Lo bueno es que tampoco son muy ingeniosos, aunque habrá que concederles cierto talento en vista de la compleja red que tejieron para intentar encubrir la concesión que se les otorgó. Sin embargo, por más que se esforzaron en crear métodos complejos para disfrazar los privilegios otorgados por el Poder Ejecutivo Federal, la ambición le ganó a la prudencia y dejaron rastros documentados de la operación.

Si la opinión pública palideció ante el jet Lear que Manuel Bribiesca Sahagún usaba con atribuciones de dueño para viajar de aquí para allá con sus amigos, la audacia de Jorge Alberto Bribiesca y Memo Sahagún dejará sin aliento a los empresarios más intrépidos.

En el transcurso del sexenio Manuel hizo negocios a ras del suelo comprando, construyendo y vendiendo casas al INFONAVIT y al FOVISSSTE por todo el país, pero su hermano y su tío tenían aspiraciones más elevadas. Sus sueños estaban literalmente por las nubes.

La firma de Pedro Cerisola y Weber, estampada el 27 de octubre de 2004 en una hoja de papel Bond con la marca de agua del escudo nacional de fondo y en la esquina superior izquierda el membrete de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, sepultó aquellos años en los que ni Jorge Alberto ni su tío tenían un centavo. ¡Por fin serían dueños de un negocio grande!: su propia línea aérea comercial, la primera en el país bajo el concepto de aerolíneas de low cost; Avolar.

A principios de 2006 la diputada oaxaqueña Sofía Castro, integrante de la comisión especial encargada de investigar el presunto tráfico de influencias de los Bribiesca Sahagún en la Cámara de Diputados, dio a conocer el acta constitutiva de la empresa creada por Jorge Alberto, su tío Guillermo y Felipe Prado Díaz, llamada Avolar Líneas Aéreas, S.A. de C.V., que de inmediato evocó a la empresa de aviación comercial Avolar, creada previamente en el sexenio. (Comentario: Sofía Castro era una Diputada emanada del Partido Acción Nacional que se resistió hasta el último momento el ser consumida por la corrupción que estaba carcomiendo al gobierno federal foxista.)

El empresario poblano George Antonio Nehme Name de inmediato se comunicó con la legisladora para pedirle que no se confundiera esa empresa con la aerolínea comercial de la cual él es el rostro oficial: Avolar Aerolíneas, S.A. de C.V. Explicó a la legisladora que, si bien los nombres se parecían mucho, no se trataba de la misma compañía. Por su parte y con la misma estrategia, Jorge Alberto Bribiesca Sahagún y su tío Guillermo publicaron sendos desplegados en los principales diarios de circulación nacional para asegurar que no tenían nada que ver con esa compañía, la cual según ellos nunca había iniciado operaciones. El presidente Vicente Fox salió en su defensa poniendo en juego la investidura presidencial: “Lo que yo veo ahí son puros cuentos chinos e historietas totalmente inventadas de manera electoral, y siempre viniendo de la oposición”.

Así, con el poder de la palabra del Presidente de la República, Jorge Alberto y Memo quedaron deslindados. Nadie volvió a investigar nada. Nadie dijo nada. Quizá estos personajes pensaron que la palabra de la familia presidencial valía tanto que bastaba con que dijera “no”. Sin embargo, los comentarios de empleados de otras aerolíneas de bajo costo, como Interjet, insistían en que la compañía era de la primera dama, Martha Sahagún, y su familia. También eran la comidilla de trabajadores afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores de Aviación y Similares.

Se obtuvo una copia del documento oficial en que la SCT otorga la concesión a la empresa Avolar Líneas Aéreas, S.A. de C.V. El escrito con los sellos y firmas oficiales no tiene desperdicio. Aquello que el hijo y el hermano de Martha Sahagún habían tratado de ocultar por todos los medios quedó al descubierto, al igual que el empresario poblano George Antonio Nehme Name, de Avolar Aerolíneas, S.A. de C.V., quien se prestó para la concesión que infructuosamente intentaron disfrazar.

Como revelan las actas constitutivas de dichas compañías, ambas se crearon ante el mismo notario público de la ciudad de México, Fernando Cataño Muro Sandoval, en el mismo año; las dos comparten a los mismos funcionarios. Ésta es la historia de uno de los negocios más jugosos de la familia presidencial, que delata la cantidad de recursos acumulados en tan sólo cinco años y medio, lejos de toda proporción, más allá de lo que la imaginación puede alcanzar.

El 29 de octubre de 2001, la SCT publicó en el Diario Oficial de la Federación la “Política Aeronáutica” del gobierno de Vicente Fox, en la cual quedaron establecidas las bases que darían origen a las aerolíneas de bajo costo, ABC o low cost, como se conocen internacionalmente. Entre los principales objetivos expuestos están: “la certidumbre jurídica y la equidad”, “el desarrollo y la ampliación de la cobertura de los servicios de transporte aéreo, consolidando la integración regional del país, con la participación de las economías y sectores locales”, y “el acceso de una mayor población a los servicios de transporte aéreo”.

Respecto a la política de aviación comercial se estipuló: “fortalecer a la aviación comercial nacional, en un entorno de competencia equitativa, que tome en cuenta las tendencias de esta industria, que sea sustentable, financiera y operativamente sana”, “que tenga permanencia y una cobertura regional más amplia, sea accesible a un número mayor de mexicanos y que participe crecientemente en el mercado internacional”. El plan era ambicioso, aunque no nuevo, porque las aerolíneas de este tipo iniciaron operaciones en Estados Unidos en 1971 y en Europa en 1997.

Las low cost nacieron con el objetivo de subir al avión a quienes viajan en autobús. El director general de Aeronáutica Civil de la SCT, Gilberto López Meyer, ha explicado en diferentes foros que las ABC son el producto que más crecerá en la industria de la aviación en los próximos 10 años. “Permitirán que más gente acceda al servicio de transporte aéreo al estimular la competencia y bajar los precios, y empezarán a penetrar el mercado internacional una vez consolidado el nacional”, declaró.

López Meyer explicó que las ventajas de la penetración en el mercado de las ABC son atractivas debido a que tienen una enorme capacidad operativa para explotar el crecimiento del tráfico. Además, introducen equipos de última generación, abren rutas que las aerolíneas tradicionales no explotan, ofrecen bajos costos de ventas y pueden responder a nuevas oportunidades de negocios.

Y en este nicho comercial en que el gobierno federal ve tanta promesa entraron en seguida Jorge Alberto y su tío Guillermo. Ellos fueron los primeros en conseguir una de las concesiones para Avolar Líneas Aéreas en 2004. En diciembre del mismo año Clic, de Mexicana, obtuvo la concesión, seguida de Interjet, de José Luis Garza; Vuela, de Pedro Aspe; Volaris, de Miguel Alemán, y Aerolíneas Mesoamericanas.

El 5 de octubre de 2005 López Meyer afirmó que la operación en México de Avolar, Vuela, Interjet y Aerolíneas Mesoamericanas representaría una inversión de entre 200 y 220 millones de dólares en el transcurso de los próximos cinco años --la cifra por cada una oscila entre 20 y 90 millones de dólares--, de acuerdo con los modelos de negocio que presentaron ante las autoridades aeronáuticas.De estas cuatro aerolíneas, la primera en comenzar operaciones fue la de Bribiesca Sahagún y Sahagún Jiménez, a principios de septiembre de 2005.

En febrero de 2003 Jorge Alberto y Guillermo ya tenían un próspero negocio de exportaciones que creció como la espuma gracias al apoyo directo del gobierno federal, que en 2001 les había concedido el Premio Nacional de Exportación en la categoría de empresas comercializadoras, entregado de la propia mano de Vicente Fox, premio que les sirvió para abrirse puertas en el mundo del comercio exterior. Su empresa, Sabrimex, construyó en el sexenio prácticamente el monopolio del aguacate en Japón, y gracias al Tratado de Libre Comercio firmado por el presidente Fox en septiembre de 2004, se fortaleció aún más. El acuerdo entró en vigor en marzo de 2005, y la empresa del hijastro y el cuñado del jefe del Ejecutivo desde abril de 2005 fue una de las compañías mexicanas que más permisos obtuvieron para exportar sus productos al país de Oriente, según información oficial de la Secretaría de Economía.

Pero no era suficiente. Nada parecía serlo.

Negocio: Mover por Aire a Millones de Mexicanos

Tomado de una nota aparecida en el periódico norteño EL DIARIO el 8 de marzo del 2007:

De acuerdo con sus propios datos, la línea aérea de la concesión de Jorge Alberto Bribiesca Sahagún y Guillermo Sahagún Jiménez transporta a 12,500 pasajeros por avión al mes, y el plan de la empresa es en cuatro años, contar con una flota de 40 aviones y un flujo de seis millones de pasajeros anuales

Anabel Hernández
Random House Mondadori / Grijalbo
Especial para El Diario


El 24 de febrero de 2003, los dos familiares del presidente Fox, junto con un tercer socio, de nombre Felipe Prado Díaz, constituyeron la empresa Avolar Líneas Aéreas, S.A. de C.V., con el permiso de la Secretaría de Relaciones Exteriores número 903446. La empresa se creó ante el notario público número 17 del Distrito Federal, Fernando Cataño Muro Sandoval.

La compañía tiene un capital “mínimo fijo” de 50 mil pesos. Cada acción vale un peso. Jorge Alberto Bribiesca Sahagún es dueño de 15 mil acciones y tiene el cargo de “apoderado”. Guillermo Sahagún Jiménez posee otro tanto y ocupa el mismo cargo. Felipe Prado Díaz es propietario de las restantes 20 mil acciones y tiene el puesto de “administrador único”. Joaquín Hernández Morales ostenta el cargo de “comisario” y es una de las bisagras entre esta empresa y la de Nehme Name.

La compañía se fundó para “la prestación de transporte aéreo regular y no regular, carga exprés y correo” y tendrá una duración de 90 años, según los datos de identificación con que se dio de alta en el Registro Público de la Propiedad de la ciudad de México el 29 de abril de 2003, con el folio mercantil 301057. (Véase anexo VII.1.)

El 27 de octubre de 2004 el secretario de Comunicaciones y Transportes otorgó a la empresa Avolar Líneas Aéreas, S.A. de C.V., el título de concesión TAN-OR-VLI para el inicio de operaciones comerciales, según consta en las 22 hojas del título, firmado por el propio Cerisola, amigo personal del presidente Fox y de Martha Sahagún. 16 páginas del título contienen los detalles de la concesión, y las seis restantes son “anexos” firmados por López Meyer. (Véase anexo VII.2.)

La base de operaciones de la aerolínea de Bribiesca Sahagún y su tío, según el documento del cual se tiene copia, es en principio el Aeropuerto Internacional de la ciudad de Guadalajara, Jalisco, aunque después cambió al de Tijuana, Baja California.

La concesión se otorgó por un periodo de cinco años con la opción a prórroga; es decir, que cuando termine el sexenio Bribiesca Sahagún y su tío aún tendrán garantizados sus negocios.

Según el título de concesión, “el concesionario (o sea los parientes del presidente Fox), con fundamento en lo dispuesto por la Ley de Aviación Civil y su Reglamento, solicitó por escrito a la Secretaría se le otorgara una concesión para prestar el servicio público de transporte aéreo nacional regular de pasajeros, carga y correo”.

“El concesionario --agrega la dependencia-- acreditó a la Secretaría su capacidad técnica, financiera, jurídica y administrativa para prestar el servicio referido en condiciones de calidad, seguridad, oportunidad, permanencia y precio, así como la disponibilidad de la infraestructura necesaria para sus operaciones y del personal técnico aeronáutico y administrativo capacitado, requerido para cumplir con sus obligaciones bajo la presente concesión, en términos de lo dispuesto por el artículo 9 de la Ley de Aviación Civil y demás relativos de su Reglamento”.

En la concesión se contempla que el concesionario podrá prestar el servicio de transporte aéreo directamente o por medio de un tercero con quien tenga acuerdos comerciales y de cooperación.

Sin embargo, se aclara que esta posibilidad no se traduce “por ningún motivo” en una cesión total ni parcial de los derechos conferidos por la concesión, “en especial los de tráfico aéreo”.

La concesión otorgada fue para operar inicialmente en 11 rutas aéreas, todas en viajes de ida y vuelta: México-Morelia, México--Uruapan, Acapulco-Oaxaca, Acapulco-Tijuana, Cancún-México, Guadalajara-Tijuana, México-Oaxaca, México-Tijuana, Morelia--Tijuana, Oaxaca-Tijuana y Tijuana-Uruapan.

La empresa prestaría todo el servicio con un solo avión como quedó registrado en la concesión, un MD-90, mejor conocido comercialmente como Boeing 737-500.Y se aclara que si la aerolínea quiere aumentar o reducir rutas, o incrementar el número de naves, deberá solicitarlo por escrito a la SCT.

En los límites de la concesión, la SCT aclara que no podrá usarse para un fin distinto del señalado, y que la compañía tampoco podrá prestar servicios diferentes o adicionales a los estipulados.

En el capítulo VIII del título de concesión se contempla un programa de desarrollo del servicio técnico y operativo autorizado por la Secretaría. Por ejemplo, en cuanto al número de pasajeros, se calculó que en 2005 la empresa transportaría 241,978; en 2006, 270,684; en 2007, 281,963; en 2008, 294,044, y en 2009, 304,520. Las tarifas promedio comenzarían, en 2005, en 1,507 pesos, y se suponía que en 2009 se mantendrían sin ninguna variación.

También contemplaron un plan de negocio para el mercado de Estados Unidos, dirigido a la comunidad mexicana que vive allá y que cada año viaja a México para visitar a su familia, sobre todo a fin de año…

…Por supuesto, el título de la concesión entregada por el gobierno federal no fue firmado por ninguno de los parientes presidenciales. Lo firmó George Antonio Nehme Name, pero no para Avolar Aerolíneas, sino para Avolar Líneas Aéreas.

El intríngulis de esta historia es complejo, como todos los negocios disfrazados, y más tratándose de la familia presidencial, que por ley no podría beneficiarse de una concesión. Como lo marca la Ley Federal de Responsabilidades de Servidores Públicos, el secretario de Comunicaciones y Transportes debería haberse negado a otorgar la concesión, ya que la ley dispone claramente que ningún funcionario, incluido el Presidente de la República, podrá beneficiar de manera directa o a través de otras personas --en este caso el secretario Cerisola-- a integrantes de su familia con contratos o concesiones del gobierno federal.

El 16 de marzo de 2006, a través de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública, hice la siguiente solicitud de información a la SCT:

“Solicito copia del permiso otorgado a la empresa Avolar Líneas Aéreas, S.A. de C.V., para prestar el servicio de transporte aéreo regular y no regular de pasajeros, carga exprés y correo. También quiero saber qué tipo de requisitos debe cumplir una empresa que se dedica a esto y cuánto paga esta empresa por la renta de hangares en Tijuana y cualquier otro aeropuerto federal”…

En su columna del 22 de marzo de 2006 en el periódico Reforma, Alberto Aguilar habla sobre otra persona involucrada con Avolar y directamente ligada a Martha Sahagún y al Presidente:

Juan Hernández, quien ha trabajado con Fox en los 10 últimos años. Al inicio del sexenio fue coordinador de la oficina especial para mexicanos que viven en el exterior, en la Presidencia de la República.

Termina el sexenio y la cabeza visible de la compañía de los Bribiesca-Sahagún, George Nehme, anda por todo el país inaugurando rutas aéreas.

A principios de 2006 trascendió a las columnas de negocios que entre los planes de Avolar está hacerse pública, y espera cotizar en la Bolsa Mexicana de Valores a fines de 2007. No es para menos: desde que el 8 de septiembre de 2005 iniciaron operaciones, el negocio va viento en popa, y de las aerolíneas low cost ésta es la que más ha crecido y la que cierra el sexenio con paso más fuerte.

Según información oficial de la compañía, “la idea es contar con diez aviones este año (Boeing 737, de 30 millones de dólares cada uno) para alcanzar una movilización de dos millones de pasajeros en 2007 y después cubrir vuelos internacionales”, para comunicar un total de 32 destinos del interior del país.

“El plan de negocio de la empresa es a cuatro años, y al término de los mismos las expectativas son contar con una flota de 40 aviones y un flujo de seis millones de pasajeros por año”.

De acuerdo con sus propios datos, la línea aérea de la concesión de Jorge Alberto Bribiesca Sahagún y Guillermo Sahagún Jiménez transporta a 12,500 pasajeros por avión al mes, lo que representa el 65 por ciento de ocupación de los asientos.

“En términos de nuestra penetración de mercado, buscamos tener presencia en todos los destinos importantes desde y hacia Tijuana, dando especial atención a aeropuertos secundarios que no han sido bien atendidos por las aerolíneas tradicionales”, explica la empresa en su portal de internet.

Y sí, poco a poco ha ido ampliando sus rutas a las asignadas en el título de concesión. Ahora también llegan a Puebla, Zihuatanejo, Tepic, Colima, Morelia, Uruapan, Hermosillo, La Paz, Los Mochis, Culiacán y Durango.

En abril de 2006 la compañía inauguró más rutas, entre ellas la del Aeropuerto Internacional del Bajío. Quizá así, por lo menos, Jorge Alberto Bribiesca Sahagún disfrute de su concesión y ya no tenga que desviar aviones para que hagan escalas indebidas en el aeropuerto de León, Guanajuato. Ahora, en los aviones de Avolar, puede ir cuando quiera a visitar a su madre en su nueva y acogedora cabañita en San Francisco del Rincón, Guanajuato, sin molestar a nadie.

Tráfico Bajo las Sábanas

Tomado de una nota aparecida en el periódico norteño EL DIARIO el 9 de marzo del 2007:

Según fuentes directamente involucradas en este presunto tráfico de influencias, “por lo menos la mitad de los que la ayudaron con Vamos México” fue a Los Pinos a pedirle algún favor a la esposa de Fox.

Anabel Hernández
Random House Mondadori / Grijalbo
Especial para El Diario


Esta inmensa propiedad de más de 300 hectáreas a nombre del presidente Vicente Fox está localizada en el poblado de Nuevo Jesús del Monte, a cuatro kilómetros del rancho oficial, San Cristóbal. Y es ahí donde el Presidente realmente piensa vivir cuando termine su gestión.

El rancho La Estancia, construido en los primeros meses del sexenio, contaba entonces con dos cabañas --réplicas mejoradas de las cabañas en Los Pinos, con todo el lujo y glamour-- y muchos metros cuadrados de jardín donde antes sólo había huizache. Tiene kilómetros de tubería para llevar riego por aspersión, e inmensos sembradíos de agave, ajo, papa y cebolla. Posee su propio cortijo, caballerizas y establos. Era inexplicable de dónde había salido el dinero para transformar el antes árido e inservible cerro en un vergel. Cuando Fox entró a la Presidencia estaba en la quiebra total; no tenía cómo comprobar el origen lícito de los recursos con los que hizo la compra y el acondicionamiento de esta propiedad.

Por eso, cuando el año pasado La familia presidencial reveló la existencia del rancho, el presidente Fox tuvo que mentir en cadena nacional, en el noticiario nocturno con más rating de la televisión mexicana abierta, con el conductor Joaquín López Dóriga. A pregunta expresa de la existencia del rancho, Fox lo negó; dijo que no era suyo.

Hoy en ese rancho existe una nueva cabaña que Martha Sahagún mandó construir a un arquitecto de Monterrey, y se localiza a la derecha de la entrada. El estilo es mexicano contemporáneo, el mismo que la cabaña en la que ha habitado durante todo el sexenio. En la construcción no faltan los detalles de cantera y madera.

Personas cercanas a la primera dama afirman que la casa la construyó, más que para ella, para cuando sus hijos, Manuel, Jorge Alberto y Fernando Bribiesca Sahagún, quieran ir a visitarla o simplemente a descansar. Lo hizo porque en diciembre de 2004 doña Mercedes Quesada viuda de Fox (fallecida el 29 de junio de 2006), madre de Vicente Fox, impidió a los Bribiesca Sahagún la entrada al rancho San Cristóbal, harta de los escándalos y de su presunta corrupción. Ya no quería verlos en su casa; toleraba a Martha, pero a los hijos de ésta ya era demasiado. Sahagún, acostumbrada a salirse con la suya, construyó su propia casa en La Estancia, propiedad de su esposo, con todas las ventajas que eso conlleva, porque también es custodiada por el Estado Mayor Presidencial (EMP) las 24 horas del día.

En una solicitud de información hecha a la Presidencia de la República de por qué el rancho La Estancia era custodiado por el EMP --cuando se supone que según Fox no es suyo-- y desde cuándo, respondió: “Desde el inicio de la presente administración”. y añadió:

“Es parte del dispositivo de seguridad que el Estado Mayor Presidencial y el cuerpo de guardias presidenciales, con fundamento en los artículos 4 (fracciones I y IV) y 6 del Reglamento del EMP, establecen en los lugares que ocupa de manera permanente o transitoria el C. Presidente de los Estados Unidos Mexicanos”.

Información recabada de primera mano, de abogados de corporativos empresariales del más alto nivel, explica el modus operandi de la primera dama como ventanilla para gestionar las necesidades de empresarios ante el Presidente de la República y los secretarios de Estado.

Los empresarios desfilaban igual por la cabañita de Vicente y Martha que por la Casa Lázaro Cárdenas, en Los Pinos, la cual se acondicionó como oficina de la primera dama. En el sexenio de Ernesto Zedillo, su esposa, Nilda Patricia, despachaba en una de las entonces austeras cabañas presidenciales ahora usadas como vivienda.

Los asuntos que le llevaban a Sahagún iban desde el deseo de ganar algún contrato con el gobierno o reducir la deuda en el FOBAPROA hasta el de conseguir permisos para operar casinos o casas de apuesta. Según fuentes directamente involucradas en este presunto tráfico de influencias, “por lo menos la mitad de los que la ayudaron con Vamos México” fue a Los Pinos a pedirle algún favor a la esposa de Fox.

En cuanto los empresarios le planteaban sus inquietudes, Martha Sahagún ofrecía sus buenos oficios para hacer lobbying (cabildeo) ante su propio esposo:

“Yo te lo arreglo, no te preocupes, mándame una tarjeta ejecutiva para que yo lo platique en la noche con el Presidente en la cabaña y se lo explique bien y él dé instrucciones, ¿o quieres que llame al secretario (de Estado en cuestión)? ¿Quieres que lo llame? Si quieres te lo traigo ahorita a la cabaña”.

Sé de primera mano cómo Sahagún acosaba a varios secretarios con solicitudes de favores a empresarios. Y cómo hasta su amigo, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Pedro Cerisola, llegó a quejarse de cómo su oficina se había convertido en un despacho de gestión para la insistente Martita.

Por supuesto, la mayoría de las veces los empresarios, convencidos del apoyo que les daría la primera dama, elegían la primera opción. ¿Para qué ver al secretario de Estado si podían arreglarlo directamente con el Presidente? Pero muchas veces no les resolvía nada. Otras sí, al paso de mucho tiempo, y cuando se resolvían les quedaba la duda de si en verdad había sido por gestiones de ella o por las otras puertas que habían tenido que tocar.

“Ya vas a ganar el contrato, pero va a ser a través de licitación pública”, solía decir la gestora vestida de Chanel.

Cualquiera que fuera el resultado de la gestión hecha por los empresarios, invariablemente unas semanas después recibían la visita de Manuel o Jorge Alberto Bribiesca Sahagún, los vástagos de la primera dama, para cobrar el favor hecho por su madre, ya fuese en especie, a través de la oportunidad de entrar en algún negocio del empresario, o en efectivo.

En este círculo de empresarios se comenta que preferían mil veces tratar con Jorge Alberto que con el prepotente e insoportable Manuel.

“Me mandaron a Manuel y lo vomité. El otro (Jorge Alberto) es más serio, más confiable”, expresó uno de estos empresarios.

Se afirma que de esta manera, por ejemplo, Jorge Alberto Bribiesca Sahagún se acaba de hacer de una importante concesión para manejar Nextel regionalmente.

“Martha hacía lobbying en la cama”, asegura uno de los involucrados, “y prácticamente cobraba el favor con sólo recibirte, aunque a veces no resolviera nada. Debilitó mucho la figura de los secretarios, que terminaban pareciendo empleados de la señora”.

Se afirma que Martha Sahagún gestionaba desde Los Pinos negocios que redituarían ganancias no sólo a ella o a sus hijos, sino también a Vicente Fox, lo que refleja que el mandatario no es víctima de la ambición de su esposa, sino en todo caso su comparsa, como lo ha demostrado con la aceptación de inaceptables regalos hechos por sus amigos --como Cosme Mares Hernández-- a cambio de contratos.

Tengo el testimonio directo de las presuntas negociaciones realizadas a principios de 2002 entre un grupo europeo y el presidente Fox, representado por un hombre de toda su confianza, adscrito a su oficina en Los Pinos, y quien llevaba trabajando con él más de 10 años. En estas negociaciones Martha Sahagún parece haber fungido solamente como facilitadora.

La versión es que los empresarios tenían atorada una importante cantidad de dinero en cuentas bancarias mexicanas que no podían justificar, pero que necesitaban sacar del país sin mayores problemas.

La salida del dinero se haría a través de un proceso de exportación a México de 4,500 autos alemanes de lujo y 500 camionetas Grand Cherokee. Necesitaban el apoyo de la Secretaría de Hacienda para poder hacer la exportación con un arancel preferencial y sacar el dinero ya limpio sin problema.

El primer encuentro entre los empresarios y el personal de la oficina de Fox se llevó a cabo en Los Pinos, por el mes de marzo de ese año. En el transcurso de la reunión se presentó Martha Sahagún, según afirman las fuentes que fueron testigos presenciales.

“Te vas a coordinar con él y, si tienes que hablar con la gente de Hacienda, él te va a llevar”, le dijo a los representantes de los empresarios. Fue la primera y última vez que cruzaron palabra con ella, pero su mano estuvo en todo el proceso, según se afirma.

De acuerdo con la versión obtenida, los representantes del grupo europeo se reunieron con el subsecretario de Ingresos, Rubén Aguirre Pangburn, en el restaurante Vips que está en la esquina de Viaducto e Ignacio Zaragoza por instrucciones de Martha Sahagún. Con él, se dice, se acordó que Hacienda les daría un tratamiento fiscal especial para las importaciones de los vehículos. Aguirre Pangburn, como primer encargado del Servicio de Administración Tributaria fue el primero en permitir donar grandes cantidades de mercancía incautada o que había causado abandono a la Presidencia.

El acuerdo estaba por cerrarse, incluso el movimiento de vehículos de Europa a México había comenzado. El lote de Grand Cherokee arribaría al Aeropuerto Internacional de la ciudad de México. Cuando llegó el punto de hacer el depósito para el Presidente, en Los Pinos le dieron al grupo europeo el número de cuenta 00108477531, sucursal 0031, del banco BBVA, la cual no estaba a nombre del presidente, sino de Grupo Delanoe y Asociados, S.A. de C.V., que serviría de intermediario para captar el dinero. Con el cual, se supone, sería gratificado el Presidente.

Hubo un encuentro más en Los Pinos con el funcionario de la oficina de Fox. Cuando éste se enteró de que el pago del favor sería de 150 millones de dólares, le entró pánico y ya no quiso colaborar. Ante las dudas del ayudante de Fox, emisarios del grupo europeo se reunieron directamente con Luis Carlos Delanoe Guerrero, socio y fundador de Grupo Delanoe y Asociados, en sus oficinas de Monte Camerún, en Las Lomas, pero al saber la cantidad éste habló con el asistente del Presidente.

--Oye, es mucho dinero; podría justificar una parte, pero no todo. Finalmente el negocio se cayó, aunque las camionetas Grand Cherokee sí llegaron y las compró el propio gobierno para desagraviar a los empresarios, quienes no pudieron sacar su dinero. Se afirma en Los Pinos que el colaborador de Fox recibió un enérgico regaño por haber dejado perder el negocio y fue despedido de la residencia presidencial. El funcionario fue enviado al exilio, fuera del país, y un año después apareció en la nómina de la Secretaría de Agricultura.

Vicentillo, Cliente Frecuente de los Table Dance

Tomado de una nota aparecida en el periódico norteño EL DIARIO el 10 de marzo del 2007 (como dato de interés, esta nota se publicó en éste medio el mismo día en que se cumplieron los primeros cien días de gobierno de Felipe Calderón, el mismo hombre que desde la silla presidencial juró que en su gobierno no habría impunidad para nadie):

Pese a su nula preparación y desidia para los negocios, Vicentillo se pasa la vida gastando el dinero a manos llenas. ¿De dónde saldrá? Quizá está dilapidando el millón de pesos de herencia o comienza a gastarse por anticipado los ingresos que le van a generar las cinco patentes aduanales que se supone que le acaba de entregar el gobierno federal

Anabel Hernández
Random House Mondadori / Grijalbo
Especial para El Diario


Azúcar, Abril, Hennesys, Sherry, Vanesa, Paris, Yatana y Karen son bailarinas del centro nocturno Odyssey, en León, Guanajuato, localizado sobre el bulevar Vicente Valtierra. De lunes a sábado, de nueve de la noche a tres de la mañana, salen a una pista circular, brillante como bola de billar, contoneándose al ritmo de baladas candentes, ataviadas con diminutos atuendos que van desapareciendo conforme la música avanza. Invariablemente las chicas terminan semidesnudas colgadas de un tubo, cercadas por los desorbitados ojos de los parroquianos, que contemplan sus formas redondas. Son “las mejores bailarinas locales y extranjeras” de la localidad, según la propaganda del antro.

El lugar es fastuoso, con cupo para 600 personas. Igual organizan fiestas privadas que cumpleaños y despedidas de soltero. Por fuera, el table dance simula una especie de Partenón, y dentro una diosa de mármol que sostiene un pilar sobre la cabeza da la bienvenida a la selecta clientela.

Entre todos los parroquianos se dice que hay uno que se ha vuelto cliente asiduo en los últimos meses de 2006: Vicente Fox de la Concha, el hijo del presidente Vicente Fox, de 24 años de edad. Se dice que cuando no está aquí es porque está en el otro centro recreativo de igual perfil llamado Men’s Club El Tapatío, ubicado en la calle 10 de Mayo, en el centro de la capital guanajuatense.

Dicen que los caballeros no tienen memoria, pero estas muchachas sí. Alguna de estas traviesas y angelicales bailarinas se ha dedicado últimamente a hablar sobre las supuestas debilidades del hijo del presidente Vicente Fox, sus hábitos y costumbres, y de las colectivas fiestas que da en el rancho de San Cristóbal, a donde se dice que lleva a algunas chicas para entretenimiento de un selecto grupo de amigos.

Y no es que eso tenga mayor importancia, de no ser por el monto de recursos que se supone que gasta cada noche. La clase política panista no para de contar lo que seguramente ningún miembro del Estado Mayor Presidencial estaría dispuesto a confirmar: que en sus parrandas Vicentillo llega a pagar hasta ochenta mil pesos por velada, y cuando se lleva la pachanga del Odyssey o el Tapatío al rancho de su padre en San Cristóbal, quien termina pagando la cuenta es el personal del Ejército que custodia la propiedad.

Es de dudarse que su sueldo como director de un taller mecánico y distribuidor de llantas en León le dé para sus parrandas, para pagar la renta de su nueva residencia en Villas del Campestre, en León, y para comprar de contado un Audi de más de 400,000 pesos, como ocurrió en 2005.

A raíz de su comportamiento, es otro miembro de la familia presidencial que pudiera tener un divorcio en puerta. Actualmente vive una fuerte crisis con su joven esposa, Paulina Rodríguez Ávila, con quien, por consejo de su madre, Lillián de la Concha, está intentando salvar el matrimonio.

En la familia Fox se afirma que Vicente Fox de la Concha resultó el más sociable de los hijos del Presidente, porque fue al que más le afectó el divorcio de sus padres en 1992. Desde antes de que su padre ganara la Presidencia había sufrido accidentes automovilísticos relacionados con el alcohol.

Si para algún miembro de la familia presidencial la mudanza del rancho de San Cristóbal a Los Pinos fue radical, ése es Vicentillo.

Vicente Fox de la Concha es uno de los cuatro niños que la pareja formada por Vicente Fox y Lillián de la Concha adoptó ante la imposibilidad de procrear.

Nunca fue bueno para el estudio, pero logró terminar la preparatoria en la Universidad Anáhuac de León, Guanajuato.

Si Vicentillo no fuera el hijo del presidente Fox, seguramente su nivel de vida y el de su pequeña familia --su esposa, Paulina, y su hijo, Vicente III--, sería tan precario como el de millones de jóvenes mexicanos que se convierten en padres a temprana edad sin ninguna herramienta para salir adelante.

Al inicio del sexenio de Vicente Fox, el joven Vicentillo llegó a sentar sus reales en las oficinas de Paseo de la Reforma 607, la que fue casa de campaña y casa de transición de su padre, donde despacha el amigo presidencial más cercano, Lino Korrodi.

El empresario le hizo un espacio en su oficina a Vicentillo, a quien conocía desde el día en que llegó a casa de Vicente Fox, de una casa cuna de Monterrey, Nuevo León, a la cual por cierto Vicente Fox y su entonces esposa, Lillián de la Concha, ayudaron económicamente durante todo el tiempo que estuvieron casados.

Buscaron negocios en PEMEX y en la Comisión Federal de Electricidad, y cuando algo se les atoraba se apoyaban en Martha Sahagún.

Pero Vicentillo era muy disperso y malo para los negocios, así que dejó colgado de la brocha a su amigo, y su padre lo mandó a trabajar a otro lugar esperando que aprendiera algún oficio.

Así llegó a Estrella Blanca, a la oficina de los Sánchez Alcántara, quienes además de trabajo, cuando estaba recién casado, en octubre de 2002, le dieron una casa en Santa Anita 255, en la colonia Lomas Hipódromo.

Vicentillo trabajó tres meses en Estrella Blanca, de todo y de nada. Un día, en medio de una ríspida junta de socios en la que había fuertes reclamos a Sánchez Alcántara, éste mandó llamar a Vicentillo y lo presentó. Los socios lo interpretaron como una forma de amedrentarlos. En aquella época se presentaba ante el empresario a recibir las donaciones de Estrella Blanca a Vamos México.

Se comenta que Martha Sahagún compró acciones en la empresa de autobuses, y que quería ponerlas a nombre de Ana Cristina, Vicente, Paulina y Rodrigo. El asunto no se concretó, pero los Fox aumentaron el número de autobuses en la empresa, y ahora no sólo Vicente júnior tiene el suyo, sino cada uno de sus hermanos.

Después de su paso por la compañía camionera, Vicentillo se fue a probar mejor suerte con Cosme Mares Hernández, el generoso amigo de su padre. Cosme lo instaló en su oficina de Insurgentes Sur 3343, e intentaron allí enseñarle computación, pero a él no le gustaba. Empleados de Mares afirman que le extendió una tarjeta de crédito a Vicentillo, y que el chico se puso a gastar dinero hasta el extremo de que el Presidente se escandalizó y pidió a intermediarios que le dijeran a Cosme que ya no lo hiciera. Como no pudo hacer negocios en México, Vicentillo finalmente regresó a León.

Primero le dieron trabajo en Grupo Sony, donde laboraba en 2005 en la concesionaria de BMW en León. La empresa era propiedad del banquero y amigo de la pareja presidencial Salvador Oñate Ascencio, presidente del consejo de administración de Banco del Bajío e integrante del consejo de administración de Grupo Posadas, presidido por Gastón Azcárraga, otro buen amigo de Fox y Martita. Oñate Ascencio fue otro de los compradores de las gangas del IPAB el 8 de octubre de 2004.

Algún buen negocio hizo Vicentillo que a fines de 2005 se presentó en el Audi Center León, localizado en bulevar Manuel J. Clouthier número 201, en la colonia Valle del Campestre. Iba acompañado del polémico empresario Hugo Muñoz, amigo de la familia Fox, quien había convencido a Xavier Fox de comprar el equipo de futbol de lrapuato la Trinca, y es socio de los sobrinos del Presidente en el restaurante Puerto Madero, en Plaza del Campestre. El Audi era visto a la puerta de la casa de Vicentillo, al igual que una camioneta BMW.

Actualmente el joven trabaja en una distribuidora de llantas en León llamada Grupo Top Service Continental. Es un establecimiento de mediano tamaño, con taller mecánico, bien equipado, en el que venden llantas, rines y amortiguadores, ubicado en la esquina de bulevar San Juan Bosco y Miguel de Cervantes. Quienes lo ayudaron a montarlo son Eduardo y Rosaura Henkel, proveedores de Los Pinos y el gobierno federal, y amigos incondicionales e inseparables de Vicente Fox y su esposa. La empresa de los Henkel, En Punto Relaciones Públicas, S.A. de C.V., ganó en el sexenio de Fox contratos por más de 36 millones de pesos, la mayoría en Los Pinos sin licitación pública de por medio.

Al principio, los problemas entre su madre y Martha Sahagún también afectaron a Vicentillo. En junio de 2003 se celebró una misa en la iglesia de San Juan de Los Lagos, en Guanajuato. Como Lillián y Martha no se podían ver ni en pintura hubo dos fiestas, una organizada por la madre de Vicentillo en la casa de un hermano de Rosy Puente --secretaria privada de Fox en Los Pinos--, a la que asistieron el 90 por ciento de los invitados, y otra que organizó la primera dama en el rancho San Cristóbal con los hermanos del Presidente.

Vicentillo tuvo que partirse en dos, dejar a su madre sola en la fiesta una hora, llevarse a su esposa y a su hijo al rancho, y regresar al festejo de su madre. Los suegros del hijo del Presidente, Jaime Rodríguez Tabeada y María del Refugio Ávila, se quedaron con Lillián.

Aún así, pese a su nula preparación y desidia para los negocios, Vicentillo se pasa la vida gastando el dinero a manos llenas. ¿De dónde saldrá? Quizá está dilapidando el millón de pesos de herencia que le dio su padre a cada uno de sus hijos, o comienza a gastarse por anticipado los importantes ingresos que le van a generar las cinco patentes aduanales que se supone que le acaba de entregar el gobierno federal --según amigos cercanos a Vicentillo--, con las que podrá hacer todo tipo de trámites aduanales de importación y exportación. Estas patentes son muy codiciadas y escasas, y para conseguirlas se exige pasar una serie de exámenes, incluida una prueba de polígrafo.

Reflexiones

Al serle presentado el Sable de Mando de parte del titular de la Secretaría de la Marina, Felipe Calderón en un discurso que se antoja demagógico y pomposo afirmó fingiendo gran energía y determinación que en su gobierno no habría impunidad para nadie. La primera gran prueba de ello sería precisamente una demostración de su firmeza para meter a la cárcel a quienes hayan cometido los delitos señalados en el libro Fin de Fiesta en Los Pinos de Anabel Hernández, sin esperar a que sea el Congreso de la Unión el que tenga que tomar la iniciativa de abrir una investigación, sin esperar a que alguien necesite interponer una denuncia formal ante la Procuraduría General de la República con el fin de que se abra una investigación allí en contra de lo que posiblemente haya sido uno de los regímenes más corruptos en la historia de México además de ser, por añadidura, el primer gobierno emanado de la derecha conservadora de México apoyado por la derecha ultraconservadora.

Sin embargo, esto simple y sencillamente no ocurrirá. Felipe Calderón llega atado de manos con demasiados compromisos a la silla presidencial como para que pueda tratar de emprender alguna acción en contra de su predecesor Vicente Fox o de sus familiares cercanos. ¿Cómo puede hacerlo, cuando el mismo Vicente Fox prácticamente ha aceptado y confesado ante el mundo entero que él fue uno de los principales artífices del triunfo de Felipe Calderón, que gracias a él Felipe Calderón ocupa el cargo público más alto al que pueda aspirar cualquier mexicano?

Para que pueda cumplir con su promesa de aplicar “mano dura” aplicando la Ley a rajatabla, varios de los neopanistas más ultraconservadores están urgiendo y sugiriendo ya que Felipe Calderón meta a la cárcel cuanto antes al mismo Andrés Manuel López Obrador por la comisión de varios delitos que están claramente tipificados en los códigos penales, empezando por el hecho de que al proclamarse como Presidente Legítimo de México López Obrador está incurriendo en un delito federal de grueso calibre. Y de hecho, no sólo López Obrador sería objeto (o mejor dicho, víctima) de una aplicación draconiana de las leyes mexicanas, sino que también todos los que forman parte de su gabinete alterno deberían de ir a la cárcel junto con él. Después de todo, el delito de usurpación de funciones está claramente tipificado. Y Felipe Calderón es Licenciado en Derecho, él conoce perfectamente las leyes que en su accidentada toma de posesión el primero de diciembre del 2007 prometió hacer cumplir. Pero... ¿realmente tiene Felipe Calderón la opción de meter a la cárcel a Andrés Manuel López Obrador cuando al mismo tiempo está dejando a la demeritada ex-pareja presidencial en la mayor de las impunidades? Con una situación así, tratar de meter a la cárcel al hombre a quien millones de mexicanos aún consideran como el legítimo y verdadero Presidente de México sería motivación más que suficiente para detonar un movimiento armado para intentar derrocar al régimen panista que está apoderado en estos momentos de la silla presidencial. Y una vez estallando un conflicto de gran envergadura, no hay forma fácil de detenerlo. Aún metiendo primero a la cárcel a Vicente Fox y/o a los familiares cercanos de éste por los delitos de corrupción consignados en el libro Fin de Fiesta en Los Pinos, irse después en contra de López Obrador se antoja como una proposición extremadamente aventurada y riesgosa. Pero dejando intacto a Fox y a los suyos para tratar de irse de cualquier modo en contra de López Obrador sería echarle un cerillo a un tonel de pólvora que está listo para explotar en cualquier momento. La moraleja de todo esto es que, la promesa calderonista de que "no habrá impunidad para nadie" deberá quedar sepultada ante la realidad de los hechos.

Naturalmente, nos falta escuchar la otra versión de los hechos, la versión que debe ser dada por el principal indiciado, Vicente Fox. Él tiene también pleno derecho de que se le escuche. Estos espacios de Spectator están abiertos tanto para Vicente Fox como para su esposa Marta Sahagún y los hijastros del ex-Presidente para que respondan a las gravísimas acusaciones formuladas en el libro Fin de Fiesta en Los Pinos. Sin embargo, de entrada, se antoja difícil que puedan responder a varios de los señalamientos habiendo un amplio rastro de pruebas documentales que hablan por sí solas.

No debe causar asombro que al estallar el escándalo de estas revelaciones que simple y sencillamente no se irán por sí solas, y habiéndose comprometido Felipe Calderón a que en su gobierno “no habrá impunidad para nadie” (lo cual está por verse), Vicente Fox se haya trasladado el 12 de marzo del 2007 a su antigua residencia oficial en la que despachó como Presidente de México por seis años con el fin de tener una larga plática personal privada, a puertas cerradas, de casi dos horas de duración, con Felipe Calderón, inclusive retrasándole su partida a Mérida para recibir al Presidente George Bush. El que Vicente Fox le haya quitado tanto tiempo a Felipe Calderón para hablar de algo entre ellos que seguramente quedará por siempre en el más absoluto secreto, y el que Felipe Calderón haya distraído tanto tiempo de su apretada y abultada agenda presidencial para atender a quien como ciudadano ordinario no debería recibir trato especial alguno por sobre los demás mexicanos, indicia que algo muy serio se ha de haber tratado en dicha reunión. Algo extremadamente serio.

Sobre este extraño encuentro entre Vicente Fox y Felipe Calderón, al que la revista Siempre! le dedicó la portada:




de su revista número 2805 publicada el 18 de marzo del 2007, dicha revista tiene que decir lo siguiente en su principal editorial titulado “Se acabó el tabú”:

El martes 13 de marzo fue publicada en varios diarios del país una fotografía que, por el momento y el contexto en que apareció, rompió con una vieja y legendaria tradición. En ella aparecían retratados el ex presidente Vicente Fox y el actual mandatario mexicano, Felipe Calderón, para hablar sobre el “rumbo del país”, es decir, sobre política.

Los partidos de oposición calificaron el encuentro como torpe y desafortunado, sobre todo porque se producía a unos cuantos días de la llegada al país de George W. Bush. Algunos, incluso, se atrevieron a sugerir que Fox había llegado a Los Pinos para darle línea, consejo o asesoría a Calderón sobre la relación con Estados Unidos.

Calderón no sólo no hizo caso de las críticas, sino que declaró al periodista Joaquín López Dóriga que, así como se había reunido con Ernesto Zedillo y Fox, no descartaba reunirse también con los ex presidentes Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari. “Yo quiero ser -dijo Calderón- un presidente que construya y que canalice a favor de México lo que mejor pueda aportar cada quien y pienso que la experiencia de los ex presidentes es valiosa y tiene que ser ponderada...”

Con esa declaración, el Ejecutivo panista puso punto final a un tabú que duró más de setenta años, que rigió en gran medida el comportamiento de los gobiernos en turno y tuvo sus orígenes, sus por qués o razones, en un México posrevolucionario que hoy ya no existe.

La prohibición no escrita que impedía a un presidente tener tratos -cuando menos públicos- con su antecesor, pretendía acabar con maximatos, con monopolios de poder político en un solo grupo y garantizar, por otro lado, la concentración del poder en un solo hombre: en quien ocuparía la silla presidencial.

Calderón tiene razón en romper con ese fetiche y tiene derecho a inaugurar nuevas formas de hacer política, siempre y cuando Fox o cualquier otro ex presidente no se convierta en un lastre para la nación.

Es difícil creer que Fox llegó a Los Pinos para hablar sobre el “rumbo del país”. Al hombre de las botas nunca le ha interesado la política. Más bien debe haber ido a pedir protección para su esposa, la “señora Marta”, y sus hijos, los señores Bribiesca. La formación de una comisión especial en la Cámara de Diputados para investigar los excesos de su esposa e hijastros puede hacer estallar muy pronto un escándalo de incalculables consecuencias.

Si bien resultaría saludable que cada mandatario saliente aportara al entrante sus experiencias -ya para no cometer los mismos errores o ya para darle continuidad a programas que valgan la pena-, lo cierto es que el caso específico de Fox no cae dentro de esa condición. El sexenio foxista sólo puede ser tomado como guía de desgobierno y anarquía. Peor aún: servirá para mostrar a la sociedad que los gobiernos panistas son capaces de superar rápidamente, y con creces, los estándares existentes en materia de nepotismo y corrupción.

Calderón, entonces, tiene que medir su acercamiento con Fox. Obviamente, no le será fácil. Esta vez también se cumple la máxima -como en el México posrevolucionario- de que el presidente entrante le debe mucho o casi todo a su antecesor. Casi nada: el haber llegado al poder. Marta, más que Vicente, lo sabe y se encargará -por las buenas o por las malas" de cobrarle el favor.

Por su parte, el periodista Álvaro Delgado, el hombre que develó al pueblo de México la existencia de la Organización Nacional del Yunque, al escribir para la agencia noticiosa APRO un artículo titulado “Fox y Calderón: Comida de complicidades”, publicado por la agencia noticiosa el mismo día en que se llevó a cabo esta sospechosa reunión entre Fox y Calderón, comentó lo siguiente:

Felipe Calderón y Vicente Fox se reunieron a comer hoy lunes, en privado, en lo que es el primer encuentro desde el arranque de la actual gestión federal.

No faltará mañana quien, desde la atalaya de la abyección, interprete la reunión como la victoria de ese estadista en que se ha convertido Calderón y la claudicación de Fox y Manuel Espino, confabulados para obstaculizar la marcha de México hacia el progreso que la historia le tiene reservado.

También habrá quienes tengan la puntada de atribuirle a esa reunión el rango de cumbre entre dos hombres con visión de Estado, conscientes cada uno de la etapa que les ha tocado vivir al frente de la alta responsabilidad de conducir a la nación mexicana.

Y hasta se buscará darle a tal reunión una lectura pedagógica: uno de ellos, Fox, capaz de transmitir su experiencia en relación con Estados Unidos y el otro, Calderón, con apetito de aprender en vísperas de la reunión, en Mérida, con George Bush.

Pero el asunto es menos épico del que querrán hacer creer los propagandistas: tal como aquí se anticipó aquí la semana pasada, Fox y Calderón se reunieron para ratificar el pacto de complicidades que establecieron antes y después del proceso electoral del 2006, que en algún momento estuvo a punto de romperse.

En esta trama hay otro personaje central: Germán Martínez Cázares, quien cobra como secretario de la Función Pública y el que hoy, precisamente, anunció lo que muchos anticipamos desde el principio: el carpetazo al caso de Francisco Gil Díaz como empleado del grupo financiero trasnacional HSCB.

Según Martínez, se solicitó información a dependencias federales y hasta se practicó una auditoría al Órgano de Control Interno de la Secretaría de Hacienda para encontrar elementos sobre si Gil Díaz violó la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos. Y nada.

Porque, además, resulta que Gil Díaz renunció, el 28 de febrero, al cargo en HSBC que aceptó desde el 9 de enero.

Eso sí, luego de que Gil Díaz aceptó ser empleado de la empresa española Telefónica, Martínez Cázares le recordó que no deberá hacer uso de la información que como secretario de Hacienda acumuló. De risa.

Martínez Cázares es, en efecto, un personaje clave en los enjuagues entre Calderón y Fox, debido a que la Secretaría de la Función Pública dispone de herramientas para integrar expedientes de, por ejemplo, asuntos que conciernen a Marta Sahagún y a su parentela enriquecida, así como a otros personajes del foxismo, como Ramón Muñoz Gutiérrez, y los negocios de “Enciclopedia”.

No hay que olvidar que la primera declaración pública de Martínez Cázares fue la exoneración contundente de los hermanos Bribiesca, si bien integró expedientes contra ellos para ser convenientemente usados en el momento políticamente oportuno.

Eso lo sabían Fox y su mujer, que procedieron a enviar mensajes de que la ruptura del pacto de complicidades implicaba el hundimiento de Calderón.

La repelencia al conocimiento que caracteriza a Fox no significa que no sea capaz de truculencias políticas y morales: por eso en Washington, el 12 de febrero, dijo que con el desafuero perdió con Andrés Manuel López Obrador, pero se desquitó al imponer a Calderón.

Por ahora el michoacano (Felipe Calderón) no procederá contra nadie del foxismo y Fox en consonancia se callará la boca. Germán Martínez, por su parte, no sólo seguirá encubriendo las corruptelas del foxismo, sino que tiene cancelada, también, su búsqueda de la presidencia del Partido Acción Nacional (PAN), y por tanto el Consejo Nacional seguirá siendo controlado por Espino y sus huestes.

Así, el “Quijote de Quiroga”, como se hace llamar Germán Martínez, toma una tonalidad más opaca que la de su antecesor, Francisco Barrio, el zar anticorrupción que terminó como el sinónimo perfecto del fracaso.

Si damos como cierto todo lo que hemos visto y leído, entonces podemos apreciar que Vicente Fox tenía todas las razones del mundo para temer que el PAN pudiera ser expulsado de la silla presidencial, tenía todas las razones del mundo para entrometerse hasta el fondo en el proceso electoral de la sucesión presidencial para impedir a como diera lugar que Andrés Manuel López Obrador pudiera llegar a la Presidencia de México, tenía todas las razones del mundo para orquestar una elección de Estado. El haber estado casi obligado a apoyar con todos los recursos y el poderío del gobierno federal al candidato panista Felipe Calderón es en sí una admisión implícita de culpabilidad de parte de Vicente Fox. Y ahora, como si no bastase con el amplio pago de facturas que Felipe Calderón ha tenido que estar haciéndole a personajes tan corruptos y tan siniestros como Elba Esther Gordillo y los poderosos magnates de la telecracia mexicana, tiene que sumar sus deudas de gratitud con Vicente Fox garantizándole a él y a los suyos la más completa y absoluta impunidad y el pleno y libre disfrute de las enormes riquezas mal habidas que posiblemente les habrían sido incautadas por un gobierno emanado del PRD. Pero quizá lo peor para Felipe Calderón es que sus pagos de facturas y deudas de gratitud con gente siniestra y corrupta es algo que no está ocurriendo detrás de un telón sino que está sucediendo a la vista del mundo entero. Y ante el mundo entero Felipe Calderón está debilitando la autoridad moral de la investidura presidencial a grado tal que su enorme inseguridad lo ha llevado a estarse frecuentando con las fuerzas armadas de México y a subirles generosamente los sueldos, más que ningún otro Presidente del siglo XX. Con la única diferencia de que a Fox le tomó seis largos años desmoronar su prestigio y su credibilidad ante todo el pueblo de México, mientras que su sucesor ha empezado con poca credibilidad y poco prestigio ante un amplio segmento de la población. Y a como están las cosas, no se vislumbra la manera en la cual pueda demostrar que él es diferente a su antecesor sobre quien ya está cayendo el juicio de la Historia, la cual posiblemente su antecesor intentará reescribir en ese castillo de autoelogio y refugio de su locura que será el Museo Presidencial Vicente Fox Quesada próximo a abrir sus puertas al público, así como en la Biblioteca que también llevará su nombre, una biblioteca en la que seguramente libros como Fin de Fiesta en Los Pinos o el libro El Yunque: La Ultraderecha en el Poder estarán eternamente proscritos (al igual que Los Blogs de Spectator).

La putrefacción moral que consumió al sexenio de Vicente Fox es todavía mayor, mucho mayor a lo que nos parece sugerir el ya de por sí preocupante libro de Anabel Hernández, a juzgar por varias revelaciones y descubrimientos recientes posteriores a la publicación del libro “Fin de Fiesta en Los Pinos”. Una de ellas la podemos ver descrita en el artículo “Revelaciones del auditor González de Aragón: Corrupción nunca antes vista” del columnista Félix Fuentes, aparecido en la revista Siempre! Número 2809 el 15 de abril del 2007, en donde se lee lo siguiente:

Revelaciones de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) sobre cuantiosas sumas no ejercidas, desaparecidas o a favor de consorcios privilegiados por el régimen de Vicente Fox, caen en cascada, pero todo queda en eso. Ni el Congreso de la Unión, ni el gobierno de Felipe Calderón hacen nada para proceder contra los culpables.

Frente a la avalancha de denuncias y la inexplicable pasividad de los Poderes de la federación se ofrece al pueblo un escenario de complicidades, de largometraje, y el encubrimiento de una gigantesca corrupción, nunca antes vista.

La ASF empezó por revelar irregularidades en el 5o año del foxismo por 26 mil millones de pesos. Es mucho dinero, hurtado a un pueblo cada vez más empobrecido por culpa de quienes hablaron de “tepocatas”, víboras prietas y del “pasado corrupto” priísta. Resultó peor el remedio que el trapito, como decían las abuelas.

La ASF destacó que en la misma Cuenta Pública del 2005 advirtió manejo discrecional de 863 millones 416 mil pesos por Carmen Segura Rangel, quien fungió como coordinadora general de Protección Civil. De esa suma, 41 millones 980 mil pesos fueron destinados a operaciones del 2004, sin autorización de Hacienda.

Segura Rangel -favorita del secretario de Gobernación foxista, Santiago Creel- fue dada de baja, se le multó con 1 millón 773 mil pesos tras comprobarse las compras irregulares con recursos del Fondo de Desastres Naturales y quedó inhabilitada por 10 años para ocupar algún puesto en la administración pública. Pero se le encubrió con una curul panista en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Así las gastan.

También hizo saber la ASF que las dos cadenas televisoras fueron beneficiadas con créditos fiscales por mil 521 millones 821 mil pesos y una empresa editorial debe al fisco 2 mil 675 millones 476 mil pesos. Hasta cuatro clubes de futbol adeudan 2 mil 178 millones 800 mil pesos.

Ha sido un dispendio asombroso de fondos públicos y así se explica por qué durante el foxismo la obra pública federal fue de hecho inexistente, lo cual incrementó el desempleo a nivel nacional.

El auditor Arturo González de Aragón adelantó que el reparto de excedentes del petróleo fue hecho sin claridad y tanto en Pemex como en la Secretaría de Hacienda son advertidos los mayores grados de discrecionalidad, es decir, repartos millonarios a manos llenas y a placer.

En ese derroche criminal, el foxismo benefició a bancos, constructoras, ingenios, televisoras, tiendas extranjeras y clubes de futbol que dejaron de pagar al erario público ¡54 mil millones de pesos!, entre 2001 y 2005. Son los consorcios que alaban al botudo de Guanajuato.

E insiste mucha gente: ¿todo eso va a quedar así?, ¿va a seguir callada la fracción parlamentaria priísta que coordina Emilio Gamboa Patrón, sin investigar tan variados bandidajes?, ¿por eso pide Gamboa que cada diputado vote “como quiera”, sin recibir línea del partido tricolor? Lucidos estamos con esta runfla de “legisladores”.

Y ya para mediados de mayo del 2007, seguía la mata dando al aflorar más corruptelas de los hijastros de Vicente Fox, según lo documenta PROCESO en su edición número 1593 del 13 de mayo del 2007:

Las gangas foxistas

Los millonarios beneficios que presuntamente obtuvieron los hijos de Marta Sahagún durante el sexenio de Vicente Fox parecen no tener fin. Nuevos documentos revelan que en la última subasta del IPAB a favor de Construcciones Prácticas, Miguel Khoury Siman -propietario formal de esta empresa, así como amigo y socio de Manuel Bribiesca Sahagún en otros negocios- obtuvo una ganancia de por lo menos 200 millones de pesos con un mínimo desembolso de un millón 560 mil pesos.

Previamente, al propietario original del bien subastado, Alfredo Miguel Afif -también amigo de Manuel Bribiesca Sahagún y a quien éste ha defendido en diversas ocasiones-, se le habían cancelado adeudos de poco más de 600 millones de pesos que fueron absorbidos por el Fobaproa.

Pero la historia completa está cobrando forma gracias a documentos que, de manera anónima, llegaron a la tercera comisión especial creada para investigar a las dependencias federales que pudieron haber beneficiado directa o indirectamente a los hijos de Marta Sahagún de Fox.

Elías Cárdenas Márquez, diputado por Convergencia y presidente de la nueva comisión especial, tiene en su poder el documento del fideicomiso que la familia de apellidos Miguel Afif firmó con Bancrecer el 16 de diciembre de 1998 y que fue a parar a la panza del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) cuando Bancrecer fue intervenido.

El caso es que más tarde, en febrero de 2001, el banco dividió sus activos en “malos” y “buenos”. Los “malos” quedaron en manos del heredero del Fobaproa, el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), e incluyeron los bienes muebles e inmuebles y las carteras litigiosas, es decir, los créditos que las personas adeudaban a Bancrecer y que no pudieron pagar.

Y ya para el 15 de junio de 2004, el IPAB -que justamente ocupa en la Zona Rosa del Distrito Federal un lujoso edificio que formaba parte de los créditos "malos" de Bancrecer- subastó, bajo el título de paquete “H”, el fideicomiso conformado entre el banco y los Miguel Afif.

Aunque la segunda comisión -creada por los legisladores para investigar los escandalosos negocios de los hermanos Bribiesca Sahagún- nunca supo cuál era exactamente el contenido del paquete “H” subastado, la tercera comisión no sólo tiene por fin en su poder el documento del fideicomiso mencionado, sino también el contrato de “cesión onerosa de derechos” a favor de Construcciones Prácticas.

¿Alguien recuerda la tragedia de la explosión en la mina Pasta de Conchos en San Juan Sabinas, Coahuila, ocurrida el el 19 de febrero de 2006, la cual cobró la vida de 65 mineros?

Pues resulta que Vicente Fox se aprovechó de la tragedia para remover al sempiterno líder del sindicato minero, Napoleón Gómez Urrutia, al cual el mismo Vicente Fox había promovido y patrocinado recién inaugurado como Presidente de México, al no serle ya útil para sus fines y sus intereses, poniendo en su lugar a un incondicional de la extrema derecha mexicana, Elías Morales. Y quiso removerlo torciendo la Ley, pidiéndole al Gobernador priista Humberto Moreira Valdés que le inventase cargos al líder minero, como el mismo Gobernador lo dió a conocer públicamente en unas declaraciones importantes hechas ante los medios de comunicación el 19 de febrero del 2007 (justo un año después de haber ocurrido la tragedia, y ya cuando Vicente Fox había dejado de ser Presidente de México), en las cuales denunció que Fox le hizo hace un año la propuesta inmoral de "buscar algún delito" para poder enviar a prisión a Gómez Urrutia con el objetivo de distraer la atención sobre la tragedia de la mina de carbón Pasta de Conchos. No puede uno menos que preguntarse: ¿Es éste el mismo pro-ultraderechista Presidente que rompiendo con la larga y sana tradición de la separación Iglesia-Estado estuvo yendo a misa para comulgar y para darle gracias a la Virgen de Guadalupe por su triunfo en el año 2000? ¿Cómo se le pudo haber olvidado el mandamiento divino “No levantarás falso testimonio”, especialmente cuando la intención de incurrir deliberadamente en tal pecado era destruír políticamente y meter a la cárcel con acusaciones falsas a un líder sindical? Los panistas, y muy en especial la extrema derecha que los tiene infiltrados hasta la médula, ya estaban afilando las dagas y los puñales para irse en contra del Gobernador Moreira y darle una lección que jamás olvidase, cuando la misma PGR forzada por las circunstancias se vió casi obligada a admitir el 9 de abril del 2007 que para la remoción “legal” de Napoleón Gómez Urrutia y la imposición como líder del sindicato minero a alguien que podía servir mejor como títere al servicio de los Yunquistas que se están apoderando de México, Elías Morales, se recurrió a la falsificación de su firma en varios documentos, una falsificación de la cual presuntamente el mismo Vicente Fox tenía pleno conocimiento. La siguiente nota publicada por PROCESO ilustra con mayores detalles lo sucedido:

PRI y PRD piden en el Senado piden una investigación contra Fox y Francisco Salazar
PROCESO
De la redacción.

México, D.F., 10 de abril (Apro).- Luego de que la Procuraduría General de la República (PGR) dio a conocer que la toma de nota de Elías Morales como dirigente del Sindicato Minero estuvo precedida de irregularidades -entregó documentos con firmas falsas-, los coordinadores parlamentarios del PRI y PRD en el Senado de la República demandaron hoy que se abra una investigación contra el expresidente Vicente Fox y el exsecretario del Trabajo, Francisco Salazar, por su presunta intervención en la trama para deponer y aprehender a Napoleón Gómez Urrutia.

El líder del PRI en el Senado, Manlio Fabio Beltrones, sostuvo que “la PGR deberá fincar responsabilidades en contra de quien resulte responsable, incluido el propio Vicente Fox”.

A su vez, el coordinador del grupo parlamentario del PRD, Carlos Navarrete, se pronunció porque los exfuncionarios federales rindan cuentas ante las denuncias de supuestas irregularidades.

“En primerísimo lugar el secretario del Trabajo del gobierno de Fox tendrá que responder por sus responsabilidades, de confirmarse que efectivamente fue una toma de nota ilegal, irregular, avalada con documentos no sustentados legalmente, con firmas apócrifas, y lastimando evidentemente la autoridad de un sindicato importante”, expresó el legislador perredista.

En contraparte, el coordinador del PAN, Santiago Creel, pidió esperar el fallo de las autoridades correspondientes y no entorpecer las investigaciones.

“Tienen que hacerse las investigaciones y no voy a emitir un juicio a priori. No me quiero convertir ni en ministerio público ni en juez porque ni he visto las pruebas ni tampoco los dictámenes o los peritajes de primera mano para dar un juicio completo, veraz y objetivo”, apuntó.

Aunque en una democracia no es muy digno de simpatías un líder sindical vitalicio que heredó su puesto de su propio padre (Napoleón Gómez Sada, el cual murió en el 2002) usando dicho puesto para acumular una enorme fortuna personal, mucho menos digno de simpatías lo puede ser un Presidente de México que envileciendo a su alta investidura y recurriendo oportunísticamente a una enorme tragedia social no vacila en usar el incidente para maquinar a escondidas, recurriendo a artes chuecas, la destrucción de ex-aliados que ya no le son útiles a sus negros propósitos. Peor aún, detrás de todo lo sucedido, parece que siempre hubo un complot típico de las conjuras que los asociados a la ultraderecha son tan afectos a urdir, como lo comenta un editorial de Raymundo Riva Palacio titulado “Complot Minero”, publicado en EL UNIVERSAL el lunes 16 de abril del 2007, el cual consigna lo siguiente:

Intereses oscuros a favor del Grupo México llevaron al gobierno foxista al límite de la legalidad con el sindicato de los mineros

La historia detrás de lo que está sucediendo en el interior del sindicato minero poco tiene que ver con la vida sindical. Atrás de las maniobras ilegales de altos personeros de la administración foxista para destituir y reemplazar liderazgos sindicales, se oculta la lucha entre dos magnates de la minería que utilizaron como peones de ajedrez a Napoleón Gómez Urrutia y a Elías Morales, la colusión de varios miembros del gabinete de Vicente Fox con uno de ellos, el pánico de su ex superasesor Ramón Muñoz de que la desgracia en la mina de Pasta de Conchos -que sucedió en el contexto de esa lucha- fuera utilizada electoralmente por Andrés Manuel López Obrador, y el choque de agendas personales dentro de un equipo de gobierno donde el ex presidente había perdido el control. ¿Confundido?

El episodio de la restitución de Gómez Urrutia al frente del sindicato minero comienza con una estrategia empresarial que nada tenía que ver con él. En la segunda parte de 2005, Germán Larrea, accionista más poderoso del Grupo México, decidió buscar la compra de Altos Hornos de México (AHMSA), de Alonso y Jorge Ancira, nada transparentes al igual que Larrea, y el segundo de los hermanos prófugo de la justicia. El problema de Larrea era que sus últimas operaciones, particularmente en Sudamérica, habían sido cuestionadas por la poca transparencia de sus actos y resultado muy onerosas, por lo que una nueva compra, ante sus eventuales futuros financiadores, tendría que ser muy bien explicada y debidamente justificada. En esa ruta estratégica, Gómez Urrutia era un estorbo.

Cuando los Ancira se dieron cuenta de los intereses de Larrea, pusieron en movimiento a Gómez Urrutia. No les costó mucho trabajo. No sólo el dirigente de los mineros era muy cercano a Jorge Larrea, sino que su hijo, Alejandro Gómez Casso, quien como el padre se encuentra en Canadá por el presunto fraude de 55 millones de dólares, era empleado de AHMSA. Gómez Urrutia, que nunca fue minero, había sido reconocido como líder de los mineros por el primer secretario de Trabajo foxista, Carlos Abascal, en un trabajo jurídico que realizó su entonces subsecretario, Fernando Franco, a quien hizo posteriormente magistrado de la Suprema Corte.

Pese a las denuncias de los mineros contra Gómez Urrutia, Abascal lo apoyó. Podría ser coincidencia que en el lapso del respaldo, tras torcer la ley, el sindicato minero, históricamente combativo -de hecho, es uno de los pies de crianza de esta nación-, aceptara sin mayores problemas las privatizaciones en la industria. Pero el interés de Larrea en AHMSA y en encontrar un dirigente sindical que le diera, precisamente, las reformas al contrato colectivo para hacer viable y factible la operación, agotaron la vida sindical de Gómez Urrutia a ojos del gobierno foxista. Larrea venía primero.

A principios de febrero, en una acción que se mantuvo en secreto hasta muy recientemente, la Secretaría del Trabajo, para entonces al encargo de Francisco Salazar, un títere de Abascal -ya nombrado secretario de Gobernación-, que tenía como subsecretario a una figura central en este episodio, Emilio Gómez Vives, gente muy cercana a Larrea, hicieron la toma de nota del nuevo líder minero, Elías Morales, lo que significaba la destitución legal de Gómez Urrutia. Todo se hubiera podido consumar con una adquisición hostil de AHMSA, salvo que el día 19 se dio la explosión en Pasta de Conchos, una mina operada por el Grupo México, que hizo quedar atrás los intentos de compra. Los secretarios de Gobernación y del Trabajo se toparon con una situación de vulnerabilidad y altamente delicada. Incluso, días después de la tragedia, Salazar reconocía públicamente a Gómez Urrutia como líder, aunque en realidad ya habían falsificado firmas para destituirlo días atrás.

Pasta de Conchos tenía conmocionado al país cuando el superasesor de Fox, Ramón Muñoz (¡un juramentado de la Organización Nacional del Yunque!), recibió en Los Pinos al consultor político Dick Morris, quien al ilustrarle el problema político que les representaba la pasividad en plena campaña presidencial, le pidió que pensara qué sucedería “si al día siguiente llegara López Obrador a Pasta de Conchos a rascar la tierra con sus propias manos” sumándose al rescate. Muñoz no lo pensó mucho. Lo que se vino fue una acción muy violenta contra Gómez Urrutia, presionando por todos lados para que actuaran en contra del líder, llegando el ex presidente a solicitarle al gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, estado donde se encontraba la mina y la sede del dirigente sindical, que lo arrestara. Muñoz no sabía lo que se traían entre manos Abascal y Salazar, y no se sabe si Fox estaba enterado. Sin embargo, un alto funcionario del gobierno calderonista estima altamente improbable que el ex presidente no estuviera al tanto.

Las secciones sindicales leales a Gómez Urrutia reaccionaron con violencia cuando el gobierno foxista los embistió. Cuando uno de sus lugartenientes, Juan Linares Montúfar fue detenido en el aeropuerto -y liberado después por deficiencias en el procedimiento-, lanzaron acusaciones contra Abascal de que los había traicionado al haber incumplido su promesa de no aprehender a ninguno de los mineros acusados de fraude, asociación delictuosa y lavado de dinero, además de restituir a su líder, a cambio de levantar el paro en la planta de Sicartsa, en Michoacán. Lo que no sabían era que la virulencia contra el dirigente prófugo no había sido ordenada por Abascal, sino por Muñoz, aunque en efecto, las extrañas relaciones de los secretarios de Gobernación y del Trabajo con Larrea en su intento de compra de AHMSA habían dado pie a la defenestración de Gómez Urrutia.

Este episodio que nació de la protección a un empresario y la lucha de otro por el control de mineras, que dejó muertos en el camino y trastocó por completo la vida sindical, hoy ha saltado a otro nuevo estadio. ¿Qué va a hacer el gobierno de Felipe Calderón? El secretario del Trabajo, Javier Lozano, dice que serán los sindicalistas quienes decidirán a quién desean como líder. Bien, pero insuficiente. Abascal, Salazar, Franco y Gómez Vives, por mencionar a cuatro personajes importantes, tienen mucho que explicar no ante la opinión pública sola, sino ante las autoridades. Desde septiembre pasado, el entonces procurador Daniel Cabeza de Vaca, hoy asesor jurídico en Los Pinos, encontró los peritajes de las firmas falsificadas para dar la toma de nota a Elías Morales. No se actuó: Abascal y Salazar eran miembros del gabinete. ¿El presidente Fox? Él calló. Es inverosímil que tanto se jugara frente a sus ojos sin que supiera o se diera cuenta. Desde el 12 de febrero pasado, la Secretaría de la Función Pública inició auditorías en la Secretaría del Trabajo sobre este caso. Nadie lo dice abiertamente en el gobierno, pero quieren ir judicialmente en contra de los funcionarios responsables de las ilegalidades. Y al menos un secretario foxista está en la mira.

El mismo día en que apareció este editorial, por orden judicial fue reinstalado el líder del sindicato minero Gómez Urrutia.

Por si todo lo anterior no bastase para exponer y exhibir el cinismo y la hipocresía de un sujeto que en beneficio propio terminó engañando a una nación entera, tenemos a continuación el siguiente editorial publicado en el número 2832 de la revista Siempre! a unos cuantos días de que Vicente Fox y Marta Sahagún hicieran una ostentación injuriosa de su riquezas acumuladas en un reportaje histórico publicado por la revista Quién:

Impunidad
Editorial
Revista Siempre!
23 de septiembre del 2007

El despliegue cínico y descarado de ostentación y lujo del ex presidente Vicente Fox y su esposa, Marta Sahagún de Fox, ha provocado la indignación de la sociedad mexicana.

La exhibición de riqueza en una revista del corazón —Quién— nada tiene que ver con la escuela filosófica de los cínicos, fundada por el griego Antístenes 400 años antes de Cristo. Aquella escuela filosófica predicaba la vida simple y frugal.

La ostentación en la entrevista tiene todo, menos simple y frugal. Lo publicado se parece más al cinismo claramente definido en el diccionario como “desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables”.

El cinismo se expresa en la insolencia grosera con que Fox y su esposa se niegan a resignarse a dejar de estar lejos de las candilejas, del escenario del poder. Ese insano afán de ser llamado “presidente” reta al actual ocupante de Los Pinos, y de alguna manera con su comportamiento lo desafía a actuar en su contra, amparado en el puesto conseguido en la organización internacional de la Democracia Cristiana. A pesar de lo vivido, a los mexicanos nos es imposible perder la capacidad de asombro cuando se escuchan las historias contadas por antiguos colaboradores, quienes por las razones que sean han demostrado que antes de ser presidente de México no contaba con los recursos suficientes ni siquiera para mantener la finca en que dice vivió con su ex esposa, Lilián de la Concha; finca convertida en el palacete groseramente exhibido.

La insolencia grosera hace imposible evitar escandalizarse por el sexenal enriquecimiento de los Fox, el cual confirma el brutal engaño a quienes hace siete años lo eligieron como presidente. “Vamos a sacar al PRI de Los Pinos para acabar con la corrupción”, pregonaba en 2000 durante su campaña presidencial.

Como en la historia de Lampedusa, a juzgar por los hechos, todo cambió, pero para seguir igual.

Lo que obtuvieron los ciudadanos mexicanos fue una presidencia dislocada, sin sentido del Estado y de la responsabilidad que significa ser presidente de México. Una presidencia dislocada porque irresponsablemente prefirió el dejar hacer y el dejar pasar.

Ese dejar hacer y dejar pasar tuvo su más perversa expresión en una irresponsable cesión de facultades, gracias a las cuales la señora Marta Sahagún de Fox pudo ejercer funciones políticas, de tales dimensiones que durante algunos meses abrigó la ambición de ser el candidato presidencial del Partido Acción Nacional en 2006. Cuentas políticas que nunca fueron saldadas.

No basta para la indignada sociedad mexicana, un comunicado en el cual presume sus declaraciones patrimoniales. Al respecto, de lo menos que acusa a Fox su ex colaborador Lino Korrodi es de inconsistencia en sus declaraciones patrimoniales y de irregularidades en el manejo de la Fundación Vamos México, eje y puntal del personal proyecto de la esposa del ex presidente.

Aún no han sido suficientemente aclaradas las acusaciones de corrupción contra los hijos de la señora de Fox, quizá por razones políticas, quizá por razones de partido. Si como alega el ex presidente Fox todo se explica en sus declaraciones y no tiene nada que ocultar, bien podría hacer un recuento de sus ingresos durante los años que fue presidente de México y del cómo fueron gastados.

El gobierno del presidente Calderón ha actuado con mucha prudencia, excesiva prudencia para algunos. No obstante, el escándalo crece como una bola de nieve y el gobierno del presidente Felipe Calderón está obligado a volver a revisar las cuentas de su antecesor y los asuntos sexenales de su familia política.

Ya no puede conformarse la sociedad mexicana con explicaciones en escuetos comunicados. Es tiempo de dar las más amplias explicaciones. Quizá en el gobierno del presidente Calderón se evalúa el costo-beneficio de atender las demandas de la sociedad en el caso Fox. Si se realiza una investigación no puede concretarse a las finanzas personales del ex presidente, debe ampliarse a la Fundación Vamos México y sus relaciones con los factores de poder.

Determinar el alcance de los negocios de los hijos de la señora Fox. Averiguar la veracidad de las acusaciones de usar descaradamente la influencia para hacer negocios que muchas veces violaron la legalidad. No le puede apostar el gobierno calderonista a la desmemoria, porque puede estar seguro que dentro de poco otra vez los Fox aparecerán con otro despliegue insolente de la riqueza obtenida.

Los escándalos de una administración, aun durante las presidencias priístas, siempre salpican a la investidura presidencial. Y ésta ha sido suficientemente vapuleada como para no permitir que eventuales actos ilegales de Fox y su esposa salpiquen al gobierno del presidente Calderón.

Los mexicanos tienen mucho que reclamarle a Vicente Fox. Reclamarle seis años de desgobierno, de estancamiento económico, de atraso sólo paliado por casi tres millones de mexicanos que emigraron a Estados Unidos.

Más que nada, reclamarle sus promesas incumplidas, reclamarle el cambio que nunca llegó. Reclamarle haberlos engañado. Porque en 2000 eligieron a un ranchero franco y desinhibido. Resultó un ranchero ladino y perverso.

El presidente Calderón no está obligado con Fox y su esposa. Ellos, Fox y su esposa, hicieron todo para impedir que Calderón fuera siquiera candidato. La obligación del presidente Calderón es responder a la indignación de los mexicanos. Y políticamente responder a la grosera insolencia de los Fox y su cínica exhibición de enriquecimiento.

Si actúa, el gobierno calderonista obtendrá el respaldo de todos los mexicanos justamente indignados.

Y al día siguiente en el que apareció publicado el anterior editorial, en una nota no relacionada Milenio Diario publicó algo interesante en donde documentó el faraónico despilfarro en viajes con cargo al erario público en el que estuvo incurriendo Marta Sahagún de Fox como “primera dama”, el cual ascendió por lo menos a 17.9 millones de pesos:

Marta gastó en viajes 17.9 mdp
Rafael López y Roberto López
MILENIO
24 de septiembre del 2007

Durante la presidencia de su esposo, Vicente Fox, Marta Sahagún efectuó 134 viajes dentro de México y 21 giras al exterior, con un gasto de 17 millones 970 mil 869 pesos, según datos entregados por la Unidad de Enlace de la Presidencia a petición del Instituto Federal de Acceso a la Información.

Pero esas cifras podrían ser mayores, porque hay giras de las que no se informa.

Excepto el primer y último año de la administración de Fox, en los que sólo viajó durante seis meses, en el periodo 2002-2005 Sahagún acumuló un promedio de dos y hasta tres viajes al mes durante todo el año.

Las entidades más visitadas por la esposa del ex presidente fueron Michoacán (17 giras), Estado de México (13), Guanajuato (10), Jalisco (10) y Nuevo León (8).

Las menos visitadas fueron Aguascalientes, Baja California, Colima, Chiapas, Tabasco, Tlaxcala y Zacatecas. Según el reporte, Marta Sahagún viajó a su natal Zamora, Michoacán, dos veces en 2001, tres en 2002 y una más en 2004.

Respecto de los viajes al extranjero, destaca que 12 de las 21 giras fueron a Estados Unidos.

En respuesta a la solicitud 0210000137907, el IFAI entregó a MILENIO una relación de las giras nacionales e internacionales realizadas por la esposa del ex presidente Fox, desde el 1 de diciembre de 2000 hasta el 30 de noviembre de 2006, con fechas, lugar y relación de gastos por transporte y equipos de seguridad y logística.

Según esta información, el año que más gastó fue 2005: 3 millones de pesos en 30 viajes. Aunque en 2006 gastó en 15 giras 2 millones 300 mil pesos.

El año que menos gastó fue 2001: 630 mil pesos en 10 viajes, todos a partir de julio, después de que se casó con el entonces presidente.

Sin embargo, hay entidades que no aparecen mencionadas en el informe. Según éste, Sahagún no habría visitado, o por lo menos no se reportan gastos, en Chihuahua, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas.

No obstante, en una revisión de la página de internet de Sahagún, a la que se puede acceder desde el portal de la Presidencia de Vicente Fox, aparecen boletines de prensa y fotografías de ella con mujeres en Ciudad Juárez, el 27 de marzo de 2006; entregando sillas de ruedas en Tampico, el 6 de septiembre, e inaugurando un encuentro en Mazatlán, el 16 de octubre del mismo año.

El informe también omite viajes internacionales. Sahagún no sólo viajó al Vaticano durante el nombramiento de Benedicto XVI, también estuvo el 8 de abril durante el funeral de Juan Pablo II y, en 2002, acompañando a Fox, viaje en el que se produjo el polémico beso en la Plaza de San Pedro.

El sitio oficial de Sahagún también contiene varios viajes al exterior que no se muestran en el informe.

Algunos de estos destinos son: 2002, Argentina, Sudáfrica y Nigeria; 2004, Canadá, y 2006, Corea y España.

También en la página oficial de Fox, al filtrar las giras internacionales del ex mandatario, el buscador arroja 91 resultados que contienen Marta Sahagún dentro de los boletines de los viajes presidenciales.

El informe entregado al IFAI sólo enumera 21. Además, en cinco ocasiones realizó dos viajes por día en los que recorrió 10 entidades, pero el informe no desglosa cuánto gastó en cada una; sólo menciona el total: 729 mil pesos.

Por último, los viajes más caros de la esposa del ex presidente fueron a Yucatán, el 24 de marzo de 2006, con un costo de 273 mil pesos, y Apodaca, Nuevo León, el 25 de agosto de 2005 (199 mil pesos).

Los más baratos fueron unos al Estado de México, con un costo promedio de entre mil 500 y 3 mil pesos.

Una semana después, el conocido columnista Raymundo Riva Palacio escribía el siguiente artículo para su publicación en EL UNIVERSAL exhibiendo la voracidad de la "primera dama":

Mendiga de lujo
Raymundo Riva Palacio
EL UNIVERSAL
3 de octubre del 2007

Durante años, la señora Marta Sahagún presionó a empresarios para que aportaran recursos a Vamos México, algunos de los cuales, se empieza a conocer, terminaron en sus bolsillos.

Por la parte más frágil se deshoja siempre la margarita. Luis Miguel Moreno, propietario de CMM Consultores, le reveló al reportero Alberto Aguirre, de EL UNIVERSAL, que el jeep rojo todo terreno con el cual ha aparecido Vicente Fox en varias fotografías no fue producto del esfuerzo del ex presidente, sino, muy probablemente, del de su esposa, Marta Sahagún. Moreno contó que en 2001 logró un contrato con la Fundación Vamos México para comercializar 5 millones de boletos tipo “ráscale”, y que conforme iban aumentando sus pedidos igual se incrementaban las solicitudes extraordinarias de la ex primera dama. Como por ejemplo, cuando en 2002, para celebrar el Informe presidencial, le pidió un jeep como el que usaba el presidente George W. Bush en su rancho en Texas. El 1 de septiembre de ese año, con una factura a nombre de otra persona, lo entregó en Los Pinos.

La revelación de Moreno es tremendamente significativa, pues por primera vez pone al descubierto el modus operandi que empleó la ex primera dama durante el arrogante reinado que presidió en Los Pinos. Mendiga de lujo, la señora Sahagún ejerció una permanente presión sobre la clase empresarial y en los círculos de poder político para allegarse bienes, conseguir recursos y obtener protección para su familia, sin pensar que, quizá en el futuro, le empezarían a cobrar las facturas. Moreno abre esa puerta, que es profunda y a veces parece interminable.

Marta Sahagún era terriblemente encajosa. Una de las perlas más significativas se dio en octubre de 2001, cuando para el lanzamiento de Vamos México organizó en el Castillo de Chapultepec un concierto con Elton John. No fue una función filantrópica, sino bajo el esquema de recaudación de fondos. Pero tampoco fue voluntaria, sino forzosa. La señora se dedicó a hablar a empresarios de todo tipo para presionarlos a que le compraran mesas de 10 lugares, a 10 mil dólares el cubierto, como su contribución a tan noble tarea. Muchos empresarios, aunque refunfuñando, compraron mesas completas.

Marta Sahagún también era atrabancadamente encajosa. Trepadora social, no había tenido realmente una oportunidad para encontrarse en el lugar adecuado. En Celaya, donde vivía con su familia antes de involucrarse con Fox, alternaba la venta de quesos en las esquinas con la atención a su botica veterinaria. Su vestuario, del que tanto se habla, era muy modesto en aquellos años, e incluso en los que fungió como responsable de comunicación social del entonces gobernador de Guanajuato, su futuro esposo Vicente. Cuando ganó la elección y era presidente electo, su ex amigo y cerebro financiero de Amigos de Fox, Lino Korrodi, le daba dinero para que se comprara mejores ropitas y zapatos. Pedir nunca se le quitó. Con el paso del tiempo llegó a pedir —y le dieron— ropa fina que llegó a ver en las casas de algunas amistades coyunturales que adquirió como primera dama.

Este hábito, narrado por algunas damas de la más alta sociedad que la padecieron y la despreciaban en su fuero interno, fue desapareciendo. Marta Sahagún fue acumulando bienes comprados con dinero que no tiene huellas aparentes. La ropa, paradójicamente, la desnuda. Hay propietarias de boutiques en la aspiracionista avenida Mazaryk en la ciudad de México que recuerdan cómo llegaba, regularmente con sus escoltas, a vaciar los estantes de Escada, Prada y Channel. Sus vestidos más baratos costaban 15 mil pesos, y en la remodelación de Los Pinos, cuando Fox decidió construir dos “cabañas”, su recámara estaba tan atiborrada de ropa que los anaqueles para colgarla empezaban prácticamente al pie de la cama.

La nueva rica también era miserable en el alma. No tuvo reparo en golpear sistemáticamente a las hijas adoptivas de su esposo Vicente, a quienes les cerró la cartera. Peleó contra la mayor, Ana Cristina, quien jugó siempre del lado de su madre adoptiva, Lilián de la Concha. No pudo con la señora de Los Pinos. Fox decidió cancelar de una vez por todas las disputas palaciegas de la familia, y mandó una larga temporada a Ana Cristina, a la segunda hija, Paulina, y a su madre, Lilián, a Europa. Se fueron a Florencia, Italia, pero no fueron mantenidas por Fox. Quien se hizo cargo de ellas fue el empresario tapatío y accionista mayoritario del Grupo Fertinal —que emprendió con éxito una larga demanda contra ING—, Fabio Covarrubias, quien sufragó todos sus gastos hasta que las jóvenes se mudaron a Madrid a estudiar.

En la capital española el ex presidente volvió a hacerse cargo de sus hijas, pero de manera muy limitada. Les enviaba a las dos menos de mil 500 dólares al mes —una cifra nada cómoda para vivir—, con lo cual podían pagar un piso modesto en el barrio universitario y moverse en transporte público. Nada que ver con otros familiares de ex presidentes que vivieron en el exterior. Pero las carencias de unas eran las bonanzas de otros, los hijos de la señora, los Bribiesca Sahagún. Para ellos Los Pinos y los privilegios. Y los aviones del Estado Mayor Presidencial puestos a su disposición para lo que se les ocurriera. La señora no tenía límites.

Ella misma había pedido a dos empresarios, un textilero y otro propietario de medios de comunicación, que introdujeran a su primogénito Manuel en el mundo de los negocios. Así fue. El joven Manuel voló rápido. Se metió a la construcción y en negocios aún no terminados de discernir, en los que las presiones directas de la ex primera dama hacia el ex director de Aduanas, José Guzmán Montalvo, facilitaban las cosas. No se han podido probar actividades ilícitas de ambos, pero cuando la periodista argentina Olga Wornat publicó su libro La Jefa, donde recopilaba algunas de las imputaciones de presunta corrupción de los hijos de la señora, hubo otros medios que decidieron seguir el tema. Ahí volvió a mostrar su mano implacable. Cuando el dueño de una importante publicación envió a varios reporteros a León a investigar a sus hijos, le habló para canjearle la protección a su hijo Manuel por ayudarle a resolver un problema judicial del primogénito del periodista. Así se hizo.

La colusión y las componendas que existieron han impedido profundizar en la investigación sobre la (ex) familia presidencial. Pero las revelaciones de Moreno abren nuevas formas de analizar el presunto enriquecimiento del ex presidente y de su avorazada Dulcinea. No es un trabajo arqueológico, pero sí metódico. El trabajo de Aguirre abre el cascarón de resentimiento de un empresario que, se puede decir, fue cuando menos chantajeado por la señora Sahagún, quien le pidió pago en especie a cambio de contratos para Vamos México. Moreno no es la excepción, y puede ser el principio del fin del deshoje de la margarita. Es la historia que siempre se ha esbozado en la Fundación Vamos México, parapeto de los abusos y excesos de una señora a la que hay que ponerle un hasta aquí.

Tras esto, en otro reportaje publicado cuatro días después de la anterior columna por la revista PROCESO, en su edición 1614 esta publicación elevó aún más los despilfarros llevados a cabo por Marta Sahagún con cargo al pueblo de México, según lo podemos ver en el siguiente extracto:

La dama voraz
Daniel Lizárraga
PROCESO
7 de octubre del 2007

Desde que se casó con Vicente Fox, justo un año después de que éste ganara las elecciones, Marta Sahagún se soltó y no hubo quien frenara su apetito consumista.

Durante cinco años, cuando estuvo en Los Pinos al lado de su esposo Vicente Fox, Marta Sahagún tuvo una clave presupuestal asignada por el mandatario.

Por medio de ésta –la número 112-2– en ese período dispuso de 14 millones 367 mil 325 pesos, que destinó a montar y acondicionar su oficina con pisos de mármol, baño de marfil, accesorios de plata y arreglos florales. Tales fueron sus “gastos de orden social” y “de protocolo”.

Ese derroche con cargo al erario federal fue equivalente, por ejemplo, a todo lo que invirtió recientemente la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en la rehabilitación de 960 viviendas de familias pobres en Manzanillo, Colima.

Con el aval del presidente utilizó durante cinco años esa clave presupuestal para comprar muebles, platería, ropa exclusiva, perfumes, arreglos florales... No conforme, pagó sus viajes y los de sus colaboradores. Según las facturas obtenidas por Proceso, el dispendio comprobable fue cercano a los 26 millones de pesos.

Esta impactante avalancha de revelaciones, muchas de ellas apoyadas documentalmente, mostraron sus efectos cuando en una entrevista llevada a cabo el martes 16 de octubre del 2007 al ex-Presidente Vicente Fox por uno de los entrevistadores estrella de la cadena de televisión hispana Telemundo, Rubén Luengas, Fox estalló y se comportó en una forma francamente altanera y grosera cuando el entrevistador empezó a citar las fuentes documentales, enzarzándose en un acalorado debate, poniéndose a la defensiva, llamando frente a las cámaras al entrevistador Luengas un mentiroso para luego levantarse marchándose contrariado del estudio televisivo, dando por terminada la entrevista. De nada sirvió que Luengas le aclarase a Fox que había votado por él en las elecciones presidenciales del 2000 y que quería darle una oportunidad para responder en vivo ante el teleauditorio a cada uno de los documentos acusatorios. Dos días después, MILENIO publicó el jueves 18 de octubre del 2007 un fotomontaje humorístico en el que Fox aparece enfundado en una camisa de fuerza , citándolo textualmente con sus propias palabras: "¿Cuántas veces les tengo que repetir que mis propiedades no son mías? ... y que no las uso, nomás las manejo" (¿?). Y en otro artículo, REFORMA encabezó la nota del escándalo con el título "Estalla ex presidente en la TV".

No en vano la impresión generalizada que tiene el pueblo de México de la codiciosa y exhibicionista ex-Primera Dama Marta Sahagún es la que ella misma nos dá en la siguiente fotografía (la cual no es un fotomontaje):




Si Anabel Hernández se hubiese esperado tan sólo unos cuantos meses para la publicación de su libro, habría tenido material adicional sobre la corrupción foxista suficiente como para convertirlo en un libro de varios volúmenes que por su extensión posiblemente no habría sido leído ya por nadie. Y es que, con estos campeones de la extrema derecha mexicana, las malas noticias parecen un cuento de nunca acabar.


-------------------------


POST SCRIPTUM:


Confirmando las múltipes denuncias puestas por muchos en contra de los hijastros de Vicente Fox, los hermanos Bribiesca, el 18 de agosto del 2008 se dió a conocer en todo México que una comisión de Diputados concluyó que, efectivamente, los hermanos Bribiesca incurrieron en tráfico de influencias y obtuvieron contratos de forma ilegal para enriquecerse desmedidamente aprovechando la posición de su padrastro como Presidente de la República, como podemos leerlo en la siguiente nota:

MÉXICO, D.F.- La comisión especial de diputados que investiga la legalidad de los negocios de los hermanos Bribiesca, hijos de Marta Sahagún, concluyó que las empresas Construcciones Prácticas y Fénix Administración de Activos, S de RL de CV, obtuvieron ilegalmente contratos y millonarias ganancias por subastas del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB).

Según el informe de conclusiones de la “comisión especial encargada de revisar la legalidad de los contratos otorgados por organismos descentralizados a la empresa Construcciones Prácticas, y cualesquiera otras que tuvieran relación con la misma”, los hermanos Bribiesca triangularon negocios por medio de empresas y el IPAB para ganar las mejores subastas a precios muy por debajo de lo valuado.

Se denuncia que era obvia la relación de parentesco de los operadores de la empresa Construcciones Prácticas con la familia presidencial, lo que configura el delito de tráfico de influencias durante el proceso.

El documento contiene 12 conclusiones y algunas recomendaciones, entre las que se encuentran ejercer acción penal en contra de los servidores públicos vinculados a los contratos con la empresa Construcciones Prácticas, así como una auditoría externa al IPAB. “Para determinar si el IPAB cumplió con el seguimiento que de acuerdo a la ley debe observar en los procesos de subasta y licitaciones, sin menoscabo de las responsabilidades que se deban fincar a los servidores públicos involucrados”, señala el documento.

Con base en el informe, el IPAB no cumplió con las funciones que tiene encomendadas, consistentes en vigilar permanentemente el desempeño del tercero especializado Fénix Administración de Activos, según lo previsto en el artículo 62 de la Ley de Protección al Ahorro Bancario.

“Los contratos celebrados por Fénix Administración de Activos con la empresa Construcciones Prácticas son ilegales por tener vicios de origen, derivados de la falta de observancia a las sanas prácticas que en cualquier tipo de subasta y licitación en los que se manejen recursos públicos, se deben hacer valer, como son la concurrencia, igualdad y publicidad.

“Lo que no se cumplió al tener acceso al ‘cuarto de datos’ con anterioridad a que fuera aprobado para concursar, motivo por el cual este procedimiento resulta irregular e ilegal, por contravenir lo dispuesto con las bases de licitación”, señala el proyecto de conclusiones de la comisión.

En la propuesta de Elías Cárdenas, diputado de Convergencia que encabeza la comisión especial, se evidencia que en el caso de la subasta de un predio rústico se realizó un trámite irregular.

“Precisando que la persona que asumió dichas obligaciones mantenía y tiene un parentesco por afinidad con el entonces titular del Ejecutivo federal, lo que le impedía participar en cualquier etapa del proceso de subasta… sin que ningún servidor público haya notificado de esta situación de conflicto de intereses”.

Así, la comisión detalla, una a una, las ilegalidades de cada contrato que, por vía directa o por empresas terceras, Construcciones Prácticas obtuvo en el sexenio de Vicente Fox.

“Se deja en evidencia que en todo momento se violentaron las disposiciones legales que rigen las subastas y licitaciones públicas… resulta procedente iniciar los procesos administrativos y judiciales correspondientes en contra de los servidores públicos involucrados del IPAB, que se condujeron con reticencia y de forma omisa ante las irregularidades advertidas”.

Naturalmente, todas estas acusaciones, denuncias y reclamos le importan muy poco a la ahora famosa ex-pareja presidencial, que al fin y al cabo lo importante es enriquecerse a manos llenas en forma desmedida haiga sido como haiga sido. Cuesta trabajo creer que el Partido Acción Nacional pudo llegar a la Presidencia de la República usando como una de sus banderas precisamente el tema del combate a la corrupción, materia en la que a fin de cuentas demostraron no ser mejores que sus predecesores, inclusive superándolos en muchos aspectos, sobre todo el que tiene que ver con la cuestión de la impunidad.

 Pese a que los datos proporcionados en la nota dada arriba publicada el 18 de agosto del 2008 fueron del dominio público y fueron bastante conocidos y difundidos por muchos medios de comunicación, nadie dentro del Partido Acción Nacional ni panista alguno laborando dentro del gobierno lo cual incluye deasde luego al mismo Presidente Felipe Calderón movió jamás un solo dedo para que se llevase ante la justicia a los hijastros del primer Presidente derechista de México Vicente Fox y para que se les metiese a la cárcel, y puesto que se requiere de un hampón para encubrir a otro, ¿qué otra cosa podría pensar un observador externo sino llegar a la conclusión de que todo, absolutamente todo dentro del PAN se pudrió y se corrompió hasta la misma médula desde abajo hasta los estratos superiores?

Sin embargo, el hecho de que a ninguno de los corruptos hijastros del guanajuatense pro-Yunquista Vicente Fox se les tocase jamás en México un solo pelo, no los protegió de que en otros países en donde sí hay la justicia que la derecha ultraconservadora le estuvo negando en México a los mexicanos se les acusara formalmente ante los tribunales llevándolos a juicio encontrándolos culpables. Hubieron de pasar cuatro años (desde el 2008 hasta el 2012) para que fuera de México le cayera la horca de la justicia a uno de los putrefactos hijastros de Fox, como lo documenta la siguiente nota:

Hijastro de Fox se declara culpable de fraude
Anabel Hernández
Agencia APRO
7 de octubre del 2012

El 14 de septiembre último Manuel Bribiesca Sahagún acudió a la Corte de Distrito Sur de California, donde está radicada una denuncia en su contra desde 2008 por “encubrimiento de delito grave”, y sin más se declaró culpable de las imputaciones presentadas en su contra por el gobierno de Estados Unidos a través de la fiscal Laura E. Duffy.

Luego de cuatro años de ser prófugo de la justicia, el hijo mayor de Marta Sahagún admitió ante la justicia estadounidense que sí participó de manera activa en un fraude cometido contra compradores de gas de la empresa estadounidense México Gas, de la que él se ostentó como representante, presidente y propietario. El Servicio de Alguaciles de Estados Unidos le tomó sus huellas digitales para incorporarlas en su banco de datos.

Distrito Federal— De acuerdo con el expediente criminal 8-cr-4274-JAH, al cual tuvo acceso la reportera, el hijastro del ex presidente Vicente Fox pagó una fianza de 75 mil dólares (975 mil pesos) para evitar ir al Centro Correccional Metropolitano y enfrentar en libertad el juicio en su contra.

En mayo pasado este semanario publicó un reportaje sobre el caso apoyado en documentos y testimonios del Federal Bureau of Investigation (FBI), que incluyen copias de transacciones bancarias, según los cuales Bribiesca Sahagún participó en Estados Unidos en un fraude para estafar a la firma North Star Gas, de Grupo D’Amiano, a la que le revendió gas LP a sobreprecio (Proceso 1854).

Por esos hechos y en un acto sin precedentes, el gobierno estadounidense giró una orden de aprehensión contra el hijastro de Fox el 9 de diciembre de 2008.

En una carta enviada el 14 de mayo pasado al diario AM de León, Guanajuato –en cuyas páginas se reprodujo el reportaje publicado por Proceso–, Bribiesca Sahagún afirmó que las acusaciones en su contra eran falsas. Dijo que había probado su inocencia ante las autoridades de California y que el caso, abierto en esa localidad, estaba resuelto.

“No omito señalar, que este nuevo ataque del que soy objeto tiene a todas luces tintes políticos, tan reprobables como evidentes. Lo cual es lamentable para nuestra democracia”, arguyó Bribiesca Sahagún en su misiva. Ahora se sabe que mintió.

El expediente criminal

El Grupo D’Amiano, fundado por Antonio D’Amiano hace 58 años, se dedica a la compra, almacenamiento y distribución de Gas LP en Estados Unidos. De acuerdo con el expediente del caso criminal, su subsidiaria North Star Gas fue creada para “buscar proveedores de gas en Estados Unidos y enviar el gas a Star Gas (en Tijuana) a través de Pemex”.

Sergio Ruiz Ríos, ex superintendente general de Pemex Gas y Petroquímica, quien fue inhabilitado por la paraestatal a causa de malos manejos, fue cómplice de Bribiesca Sahagún en el fraude. Él trabajaba en North Star Gas y a su vez fungía como prestanombres del hijastro del ex presidente Fox en la empresa México Gas, creada por éste en California.

Ruiz Ríos declaró al Grupo D’Amiano que México Gas surtía combustible a North Star Gas. En la exposición de hechos, presentada por la fiscalía el 23 de enero de 2008, Ruiz Ríos organizó una reunión de negocios en Houston, Texas, para presentar a la gente de Grupo D’Amiano con el dueño de Mexico Gas: Bribiesca Sahagún.

El propósito: aparentar que la compañía México Gas era una empresa legítima. Y aunque en ese encuentro el hijo de Marta Sahagún insistió en que él era el “dueño” y el presidente de Mexico Gas, en realidad su empresa compraba el combustible a la compañía Centenal y lo revendía a sobreprecio a North Star Gas, lo cual ocasionó graves pérdidas a la compañía.

Durante meses, según la fiscalía californiana, Bribiesca Sahagún actuó como “dueño de Mexico Gas”; envió correos electrónicos, hizo innumerables llamadas, e incluso exigió los pagos a North Star.

Según la declaración jurada de un agente del FBI –incluida en el expediente criminal–, en septiembre y noviembre de 2007 México Gas hizo depósitos bancarios por 45 mil dólares a varias cuentas de Ivonne Vázquez Mellado, la esposa de Bribiesca Sahagún, abiertas en bancos de Houston.

La confesión

En diciembre de 2008, cuando el gobierno de Estados Unidos giró la orden de aprehensión en su contra, el “dueño” de Mexico Gas buscó la protección de su padrastro y su madre en México.

La controvertida pareja, señalada por sus excesos y presuntos actos de corrupción durante el sexenio pasado, fingía que todo estaba bien. Durante meses, la sociedad mexicana no supo que el hijastro de Fox era prófugo de la justicia.

Fue hasta el 21 de mayo pasado –días después de que Proceso informó sobre el caso en el que estaba implicado– cuando Manuel Bribiesca Sahagún contrató al abogado David L. Baker para que lo defendiera.

El 5 de septiembre último, la fiscal federal del Distrito Sur de California Laura E. Duffy expuso que entre julio de 2007 y “al menos hasta noviembre de 2008”, en el Distrito Sur de California y en otras partes el acusado Manuel Bribiesca cometió violaciones a la ley “con conocimiento de lo que hacía”.

Duffy afirmó que el hijo mayor de Marta Sahagún formó parte de un plan para cobrar de manera fraudulenta a los compradores de gas natural de la compañía conocida como Mexico Gas, a través de transmisiones electrónicas fraudulentas de fondos, siendo Manuel Bribiesca Sahagún “representante de gas México”. Lo acusó también de ocultar su verdadero plan a los compradores de gas, a los jueces y autoridades civiles y militares de Estados Unidos.

La audiencia en la Corte de Distrito Sur de California estaba programada para el 7 de septiembre pasado, pero se difirió una semana. Finalmente, el día 14 Bribiesca se presentó a la audiencia prevista para las 10:30 de la mañana y aceptó su delito.

De acuerdo con el expediente de la Corte, el inculpado pagó una fianza de 75 mil dólares por la cual se giró el recibo # CAS042671 y firmó un acuerdo con la fiscalía, en el que se declaró culpable de las imputaciones hechas por Duffy.

La Corte de Distrito Sur de California le prohibió a Bribiesca Sahagún viajar a los estados de California y Texas; en este último se interpuso otra demanda en su contra. También fue obligado a sujetarse a un reporte de supervisión de la agencia de servicios previos al juicio (PSA, por sus siglas en inglés).

Se le prohibió también poseer o usar estupefacientes o sustancias controladas, así como armas, y se le obligó a proporcionar una dirección de domicilio actual y número de teléfono y mantenerlo al día mientras se dicta la sentencia, programada para el 12 de octubre próximo a las 8:30 de la mañana.

El hermano diputado

El ex presidente Vicente Fox, quien asesoró al priísta Enrique Peña Nieto durante su campaña, e incluso promovió su candidatura, mantiene su amistad con el mexiquense. Fuentes cercanas a la familia de Fox afirman que planea sacar el mayor provecho posible de esa relación.

Y mientras Manuel, el hijo mayor de Marta Sahagún, es un criminal confeso en Estados Unidos, su hermano Fernando es legislador federal por el Partido Nueva Alianza (Panal); incluso fue nombrado secretario de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados de la LXII Legislatura.

A finales de agosto, poco antes de asumir como diputado, Fernando Bribiesca decidió no hablar sobre los señalamientos de corrupción contra su familia, en particular los que se hacen a su hermano mayor.

“Por respeto a los compañeros que aquí nos acompañan en el presidium, si quieres podemos tocar los temas relacionados a mi persona y a mi familia en otro momento y en otro espacio. En este momento estamos hablando de la Agenda Legislativa que estamos concluyendo y presentando a nuestra coordinadora y nuestro vicecoordinador”, dijo en conferencia de prensa a la cual asistieron 10 compañeros de su bancada



Aquí tenemos a la corrupta ex-primera “dama” acompañando a su igualmente corrupto y moralmente putrefacto hijo, haciendo gala de la impunidad de ambos en México:




Hay de hecho muchos otros delitos graves por los cuales los hijastros de Vicente Fox deberían de haber sido echados a la cárcel con largas penas de prisión, pero como estos delitos se cometieron en México afectando a mexicanos y no a extranjeros, tales delitos posiblemente permanecerán impunes por siempre al ir prescribiendo los plazos legales para poder tomar acción en contra de esta gente mala. Si el pueblo de México necesitaba de alguna buena razón para nunca más llevar de nuevo a la Presidencia de México a nadie que tenga que ver con la corrupta derecha ultraconservadora de México, esta es una de ellas, además de las muchas razones que el funesto y macabro sexenio de Felipe Calderón con su guerra de legitimación y su secuela de más de 80 mil cadáveres le dió a México para darle la espalda a la derecha conservadora y reaccionaria que, hasta el último momento, eso sí, siempre estuvo presumiendo de ser “muy cristiana” y “muy católica”.